Las bases vienen en todas las texturas y tonos. ¡Pero no siempre es fácil encontrar el adecuado! Las hay de efecto mate y bien cubritivo o de acabado luminoso... Para encontrar la que mejor se adapte a tu tipo de piel y a tu tono de tez (pero también a tus deseos), Claire Blavet, maquilladora de Chanel, nos da sus consejos para elegir la base adecuada.
La regla es muy simple: no errar en la elección de tu base ni en el modo de aplicación. Tené en cuenta estos 5 tips, y maquillate como una profesional: vas a lograr un look nude espectacular.
1. ¿CUÁL ES LA TEXTURA IDEAL PARA CADA TIPO DE CUTIS?
Piel seca. La base fluida es la que mejor se adaptará a los cutis más secos. Su textura ligera, fácil de aplicar, no reseca la piel y unifica la tez con un resultado natural y luminoso. Para optimizar el confort de las pieles secas asegurando un acabado cubritivo, es aconsejable utilizar un fluido en las mejillas, generalmente la parte más seca del rostro, y aplicar un velo de polvo, más matificante, en las más grasas (frente, nariz, barbilla). Los tipos de piel más secos pueden terminar con una niebla hidratante para agregar luminosidad a la tez.
Piel grasa. Se aconseja a las pieles grasas que recurran a una base matificante que reduzca los brillos además de unificar la tez. ¿La textura adecuada? El polvo compacto por su poder de absorción y cobertura. Las pieles muy grasas pueden optar por un polvo compacto aterciopelado que se aplicará “frotando” con una esponja o un pincel para asegurar un acabado mate. También existen texturas fluidas matificantes, diseñadas para pieles grasas. Las bases cushion también son ideales.
Piel mixta. Las pieles mixtas tienen la suerte de poder utilizar todo tipo de texturas. Sin embargo, para facilitar la aplicación, Claire Blavet recomienda una base fluida con una textura ligera que sea fácil de aplicar y más manejable que una textura de espuma que se seque rápidamente. Dependiendo de sus necesidades, puede elegir una fórmula más o menos matificante o luminosa. Las bases de formato cushion siguen siendo otra buena opción.
Piel madura. Al igual que la piel seca, la piel madura, a menudo fina, debe adquirir una textura fluida. Lo ideal es optar por una crema CC que tiene la ventaja de ser un tratamiento y que contiene, para la mayoría de fórmulas, principios activos anti-edad. Además, la cobertura ligera garantiza un aspecto natural. ¡Perfecto para evitar la acumulación de material en líneas finas!
Piel sensible. Las pieles secas y sensibles que deseen obtener un resultado que cubra y disimule imperfecciones y rojeces pueden utilizar un corrector en las zonas a tratar, una vez aplicada la base fluida.
2. ¿QUÉ TONO?
Piel clara. Los tonos de piel claros deben optar por una base de la familia del beige rosado. Estos tonos tienen la ventaja de aportar luminosidad y frescura. Si tenés la tez amarilla, también es recomendable elegir una base que contenga un toque de rosa porque, a diferencia de los tonos naranjas, el rosa neutraliza el amarillo.
Piel oscura. Los tonos de piel oscuros tendrán que recurrir a tonos más anaranjados que calientan la tez, que van desde el beige durazno para pieles ligeramente mate hasta el beige dorado para pieles más oscuras. En cuanto a la piel negra, deben favorecer fórmulas enriquecidas con pigmentos negros, rojos o naranjas.
Piel apagada. Claire Blavet advierte sobre las bases de color beige sin matices rosáceos o naranjas que, en su opinión, no son aptas para nadie y enfrían el cutis. Aquellos con una tez apagada también pueden acentuar el efecto luminoso de la base con la ayuda de un rubor.
3. ¿CÓMO ELEGIR EL COLOR?
El artista de maquillaje Chanel recomienda comenzar la prueba aplicando una pequeña base de maquillaje en el dorso de la mano. Esta parte del cuerpo es la más expuesta a la luz y la menos protegida. Si el color combina perfectamente, ¡es el correcto! Para completar la prueba hay que repetir la operación, pero esta vez en el interior de la muñeca, la parte del cuerpo que está menos expuesta y más representativa de nuestro color de piel. Si el color se vuelve a mezclar, el tono probado es perfecto.
4. ¿CÓMO APLICAR LA BASE CORRECTAMENTE?
Dedos. Más precisos pero también más suaves en pieles sensibles, nuestros dedos son la mejor herramienta para aplicar la base correctamente. Con la pulpa, estiramos la base desde el centro del rostro del rostro hacia afuera. También tocamos las partes más complicadas para maquillar: los párpados, las alas de la nariz y las orejas.
Esponja. La esponja te permite trabajar en cobertura. Por eso es adecuada para pieles grasas. Al igual que con los dedos, estiramos la base desde el centro de la cara hacia afuera. Para ocultar imperfecciones, también se puede colocar encima el producto tocando con una esponja.
Pincel. También puede usar un pincel especial para aplicar la base. Esta técnica es más complicada, y está especialmente reservada para profesionales, pero permite una aplicación precisa a la vez que liviana y sutil.
¡No olvides el escote! Para evitar tener demasiado contraste entre la cara, el cuello y el escote, maquillá también estas partes del cuerpo. Podemos mezclar un poco de crema corporal con nuestra base fluida para obtener una textura más fina y un acabado más discreto.
5. ¿EN QUÉ ORDEN COLOCARLA?
Después de estirar bien la base, maquillá las imperfecciones y las ojeras con un corrector (que al final se fija con un polvo suelto aplicado con una brocha pequeña). Luego pasamos a un iluminador que aplicamos al tocar las áreas elevadas que toman la luz: los pómulos, el hueso de la ceja o el puente de la nariz y el contorno de la boca. Finalmente, emparejá todo con un polvo suelto transparente y terminá con un toque de rubor en los pómulos.