Manos y pies: los mejores trucos para cuidarlos

Manos

Acostumbrarse a ponerse crema después de lavárselas

Es un reflejo que hay que incorporar: al lado de la bacha del baño y de la pileta de la cocina, tener un pote de crema de manos para ponerse después de lavarse las manos es la solución para acabar con la descamación y la resequedad que las temperaturas frías y el exceso de jabón empeoran. 

Hacerse un baño de limón y aceite de oliva

Una vez por semana, prepará un bol con agua caliente y agregale un poco de aceite de oliva, que nutre las cutículas, y la piel de un limón, que blanquea las uñas. Con quince minutos es suficiente para renovarlas naturalmente 

Limarse las uñas con cuidado

Para que las uñas conserven su buena salud, es importante limarlas bien. Evitar las limas de metal, que es muy agresivo, y hacerlo con movimientos suaves, en el mismo sentido, sin ir y volver. 

Hacer una pausa entre esmaltados

No es bueno tener las uñas siempre pintadas. Un par de días de detox deja que la uña respire. Además, es importante no saltearse la base, ya sea nutritiva, blanqueadora o endurecedora, que evita que las uñas se pongan amarillas y las protege del esmalte. 

Hacer una mascarilla 

Si tus manos están demasiado resecas y tienen tendencia a descamarse, lo mejor es aplicar una crema nutritiva bien espesa antes de dormir y ponerse un par de guantes. Así, se favorece la penetración de los activos en la piel. 

Pies

Sumergirlos en agua caliente

El agua y el calor aflojan la piel muerta sin violentar los pies. Se les puede agregar unas gotas de aceites esenciales para aportar un toque de aromaterapia, como el de almendra dulce, que suaviza la piel. 

Exfoliarlos

Para tener los pies muy suaves, hay que empezar por la exfoliación. Con un producto de grano grueso, o, si preferís hacerlo en casa, mezclando azúcar negra con un poco de aceite para suavizar. 

Suavizar talones

Nunca te quites piel de los pies sin mojarlos e hidratarlos antes, porque podés lastimarte la piel. Con una piedra pómez y mucha paciencia, hacelo una vez por semana para tenerlos cada vez más suaves. 

Hidratarlos y masajearlos

Una buena hidratación es clave para la belleza de los pies, sobre todo si los sumergimos en agua caliente, los exfoliamos y quitamos las durezas. Con una crema rica en nutrientes, específica para pies, masajeamos insistiendo en la planta, donde se encuentran múltiples terminaciones nerviosas. Además, así, estimulamos la circulación sanguínea. 

Vía ELLE.fr