El orden de los activos: ¿altera los resultados?

Probablemente hayas escuchado el famoso postulado matemático del filósofo griego Pitágoras: “El orden de los factores no altera el producto”. Sin embargo, cuando se trata de K-beauty (y de los famosos 8 o 10 pasos que conforman la rutina de cuidado facial), colocarse antes un producto que debería ponerse al final, seguramente va a afectar el resultado de tu skincare. Eso sucede porque hay determinados activos que se absorben mejor según las texturas de cada cosmético. Y en esto se basa la técnica del “layering”, que viene de la palabra layer (capa) en inglés.

La misma consiste en aplicar los productos por capas, según su densidad y función, comenzando por el más liviano -para que penetre a mayor profundidad en la epidermis- y terminando con el más “pesado” para retener así la hidratación en la piel. De esta manera, el cutis incorpora los nutrientes y principios activos de cada cosmético de la manera más eficiente.

Entonces, ¿querés saber cuál es el camino indicado para tener una piel fresca y saludable? Sin llegar al extremo ni a la minuciosidad de las coreanas, este es el orden de la rutina básica para que apliques a diario y lo conviertas en un hábito.

Entonces, ¿cuál es el orden correcto de la rutina de skincare?

1. Limpieza.
2. Tónico.
3. Mascarilla (opcional).
4. Contorno de ojos.
5. Sérum y concentrados.
6. Hidratante (de día).
7. Protector solar (de día).
8. Ácidos (por la noche).
9. Tratamiento nocturno (por la noche).