Lo que tenés que saber para entrar en una charla sobre vinos

Lo que tenés que saber para entrar en una charla sobre vinos

Si sos de las que disfruta brindar pero se pierde cuando la conversación ronda sobre la copa de vino, aquí te damos algunos datos básicos para que estés en sintonía.

13/06/2019 17:57

Si alguna de tus amigas está metiéndose en el mundo del vino y no querés quedar afuera. Si cuando vas al supermercado querés elegir más allá del precio. O si te invitan a una cita en una cata para principiantes y no querés hacer papelones. Para todos esos casos, te pasamos una guía súper básica para iniciarte en la temática de vinos.

¿Qué implica el año de cosecha?

El año que figura en la etiqueta de una botella de vino se refiere a cuándo fue cosechada la uva. Los vinos llamados de “reserva” pasaron al menos 12 meses de “crianza” en barricas de roble, en el caso de los tintos, y 6 meses, los blancos. Si se trata de un “gran reserva”, el tiempo se duplica. A los vinos “varietales”, se los asume jóvenes” y puede salir al mercado el mismo año de su cosecha.

Ya no es cierto que el tiempo de añejado esté directamente relacionado a la calidad del vino. Dependerá de otros factores, como el tipo de elaboración, el modo de almacenamiento y, sobre todo, el gusto. El sabor de los vinos cambia con el paso del tiempo. Cada año que pasa en su envejecimiento se llama “añada”.

¿Y qué tiene que ver el roble?

La madera del roble, de gran porte, es la más usada en las barricas para crianza del vino en todo el mundo. Es clave en la elaboración, porque por sus condiciones como envase, permite un intercambio lento con el oxígeno y retienen asperezas. Eso da como resultado un vino más aromático y  con mayores sabores. Atenta: se dice que son más “voluminosos al paladar, estables y longevos”.

Pero cuidado, que hay una trampa conocida en la que no podés caer. Si la etiqueta del vino que estás tomando incluye la palabra “roble”, justamente, significa que no estuvo en una barrica hecha de esa madera. Sino que en su crianza estuvo en contacto con el roble pero de otras formas (pueden ser trocitos). Eso le va a dar el condimento de la madera, es decir el sabor, pero no la longevidad. Los de “reserva o gran reserva” si estuvieron en barricas y, claro, son más caros.

Entonces, ¿qué es un varietal?

Un vino varietal tiene que estar elaborado al menos en un 85% de una misma cepa. Puede llegar al 100%. Esa variedad o tipo de uva que predomina se leé en la etiqueta, pero también se aprende a reconocer en el sabor y el aroma. Lo más básico a la hora de responder “qué vino estamos tomando” o para diferenciar en las góndolas y bodegas argentinas, es mencionar esa cepa que domina en el varietal.

¿Cuáles son las cepas?

Entre las más famosas, están el Cabernet Sauvignon, Malbec, Bonarda y Pinot Noir. Son los vinos tintos de los que se dice que tienen más “peso y volumen”. Animate y compará: probá un Pinot y luego un Cabernet. Vas a notar que el segundo es más denso y opaco. Se dice que es más “fuerte” y tiene más “cuerpo”.  Su sabor es más pronunciado y seguramente tenga valores más altos de contenido alcohólico.

Entre los vinos blancos, las variedades más conocidas son Sauvignon Blanc, Torrontés y Chardonnay. Si tenés una copa de alguna de estas cepas, podés probar pensando en que se denominan “frescos”, “frutales” y con “delgadez”.

¿Y si dicen que es “un blend”?

Como en el café, un “blend” es una combinación. Se trata, entonces, de vinos que no tienen ninguna cepa al 85%, (en ese caso ya aprendiste que sería un varietal). Así como los varietales se tienen que distinguir reconociendo el sabor de su cepa predominante, los vinos “de corte” o “blend” tienen un estilo en la marca o etiqueta que cada bodega elabora.

Consejo: si sos novata, y te piden que llevés el vino, evitá esta categoría porque se necesita conocer más. O podés jugarte y guiarte por el precio. En este tipo de botellas, suele funcionar la regla de más caro es mejor.

¿Qué son los “cosecha tardía”?

Son vinos hechos con uvas “sobremaduras”. Al usar las frutas en ese estado tienen azúcares que no pueden fermentar por su alta concentración. Y el resultado en la copa es una bebida más dulce. Es algunos casos tan dulce como la miel. También permite ese proceso incluir toques cítricos o de frutas secas. Atenta: no son los vinos “dulces naturales”, que son más baratos y en su elaboración la fermentación fue detenida a propósito (no por el estado de la uva). Anotá: los vinos “cosecha tardía” son los que maridan muy bien con las picadas, porque van genial con los patés y los quesos.