Cambiá el chip del touch and go por una versión sensual y erótica del encuentro sexual.
¡Bájenme de este carrusel! Inmersas en la vorágine del día, la semana que se escabulle frente a la compu, los viajes desde y hacia las actividades y demandas a ritmo frenético, ¿dónde quedó el remoloneo en la cama?
Así y todo, se puede poner pausa, disfrutar y hacer una diferencia. Un cambio que empiece puertas adentro y se transmita a lo cotidiano. En el mundo privado que supone el encuentro en la king size de a dos se juega una nueva propuesta con cadencia propia. Imaginá un escenario en 3D en el que das vuelta un reloj con infinita arena. Donde no rigen la idea corriente de éxito ni hay casilleros para tildar o rendimientos que demostrar.
Pasión sin condiciones. Esa es la mejor postura para el sexo a fuego lento. En los 70, luego de años de cultura de pudor con los cuerpos, se dio rienda suelta a la libertad sexual. Hoy-que esos temas están dados- se trata de poner freno al híper estímulo, de bajar un cambio para mirarse una y a su pareja: de verdad encontrarse.
El espacio de la cama bien puede ser un lugar atemporal de conocimiento personal y del otro, de sensualidad, conexión real y hasta de sanación. ¿Una sesión de sexo terapia? ¡Algo así!
En el libro Slow Sex, el arte y la artesanía del orgasmo femenino; la estadounidense Nicole Daenone plantea que esta filosofía propone “hacer cada cosa a la velocidad adecuada, en su tempo justo. Saborear la experiencia en lugar de apresurarse a través de ella”. Su trabajo contempla la intersección entre sexo y meditación recuperando el conocimiento del tantra de la tradición oriental. El último hit de la autora mencionada son los cursos de Meditación Orgásmica. “Mi deseo es que la visión del sexo como recreativo sea reemplazado por la perspectiva de que se puede usar para la evolución personal y colectiva’.
El amor tántrico tiene sus fans entre los famosos, como la pareja cool que forman Blake Lively y Ryan Reynolds. También se confesaron practicantes Puff Daddy, Heather Graham y el venezolano Carlos Baute. Para ellos el rapidito pasó de moda.
Lento es mejor. Un combo que incluye el control de la respiración, masajes y posturas para que perdure el placer. Relaciones que se extienden por horas en las cuales importa más el camino que el punto de llegada. Es la rebelión a la cultura del coito rápido, furioso y a los gritos.
Para las habituales tensiones en relación al sexo, el tantra tiene una respuesta: re-la-ja-ción. “Estamos condicionados por innumerables tensiones en torno a lo erótico. Pero en cuanto comenzamos a relajarnos comprobamos cómo muchas de nuestras infelicidades desaparecen de manera natural”, escribe Diana Richardson – abogada, terapeuta experta en tantra, discípulo de Osho-, autora de Sexo sin prisas.
“la sexualidad no escapa al impacto de las tensiones diarias y al hecho de estar mentalmente situados fuera del ahora, desenfocados del momento presente”, explica la psicóloga y sexóloga clínica Inés Páez de la Torre. “Esta es la raíz de los estados de ansiedad, y es la ansiedad una de las principales causas que las disfunciones sexuales se generen y/o mantengan. El recuerdo de una falla o mala experiencia en el pasado – un problema de erección, la ausencia de orgasmo, dolor – conducen a que las personas repasen de manera obsesiva lo ocurrido y queden envueltas en el temor frente a la perspectiva de la próxima vez”.
La buena noticia es que se puede dar vuelta a esa página en un contexto relajado, donde prime la espontaneidad, el juego y la confianza.
#1 La escena del fuego
No se trata solo de disponer o acondicionar un espacio para estar cómoda, sino de estimular el cerebro. Seguro que ya escuchaste la frase: el sexo empieza en la cabeza. Imaginar y contar qué nos gustaría hacer, o leer literatura erótica son algunas opciones. Hay para elegir: desde Historia de 0 a 50 Sombras de Grey”. Estaba leyendo Mujeres que corren con lobos. No es un libro hot, pero se me ocurrió compartir con mi pareja un pasaje que hablaba del poder curativo del sexo”, comenta Alina (38), fotógrafa. “De esta forma casual descubrimos la impresión que causaban en nosotros esas palabras. Y adoptamos el hábito de leernos o mandarnos por mail fragmentos intensos”, dice. Así también se enciende el fuego.
Es habitual en una pareja de varios años que experimenten un enfriamiento en las relaciones sexuales”, explica Richardson. “Por la misma razón, la excitación no es un requisito previo para el encuentro”. Tómense un tiempo para mirarse, acariciarse e iniciar el movimiento nuevo.
Páez de la Torre propone una práctica sencilla para implementar de a dos. Se trata de fijar la conciencia en la respiración. “Seguirla, ser conscientes de ella, constituye una especie de llamado de atención que nos devuelve al momento presente, al hecho de estar vivos, respirando. Haciendo lo que hacemos y no otra cosa”.
La última regla consiste en desarrolla otras percepciones. En vez de centrarse en un orgasmo cinematográfico, el sexo lento propone explorar todo lo posible; divertirse en buena forma antes del clásico final. Los seguidores del tantra se entrenan en retardar e incluso no llegar al final con la idea de encauzar de la mejor manera la energía sexual. No tener el objetivo de acabar, sin dudas relaja.
“Para muchas personas, legar al orgasmo –o conseguir varios-, encontrar el punto G o lograr un embarazo se convierten en objetivos exigentes, por eso no es propicio orientar los encuentros a la búsqueda de que se concreten”, explica Páez de la Torre. Estas autoexigencias “se deben a varios factores, entre ellos creencias erróneas que siguen vigentes, como que la mujer debe poder alcanzar el orgasmo con la penetración, que un hombre no puede decir no al sexo, que el sexo equivale a penetración por mencionar algunas”, resume la terapeuta.
Valeria (30) y Joaquín (42) lo probaron. “Yo sabía de la importancia del contacto visual durante las caricias y eso le propuse a mi pareja”. El juego demoró la llegada de la penetración. Esta cadencia, además de sugerir una variante le permitió al cuerpo prepararse para la siguiente fase. Es una cuestión fisiológica. “La lentitud permite un llenado completo de líquido sanguíneo a la pelvis femenina inferior”, aporta el doctor Juan Carlos Kusnetzoff. Lo cual influye positivamente en la excitación y en conseguir el orgasmo. El cambio de ritmo, el darle tiempo a “la previa” sin dudas favorece el encuentro.
Esto se puede ver de manera sencilla, explica a ELLE Liisa Maimon, miembro fundadora de Somananda org: “La sexualidad afecta tu personalidad, visión del mundo y tu estilo de vida. También influye en el ánimo; que sientas felicidad o tristeza, estés alegre o enojada. La sexualidad es potente, y la práctica del tantra muestra cómo recuperar ese poder”.
Las claves parecen estar en conectarse con esa energía y que esta fluya de manera relajada por todo el cuerpo. El así, dicen los especialistas, el confort interior se irradia hacia el exterior propiciando la calma y serenidad.
Oh om om.