Leggings: la historia de un imprescindible no querido

Leggings: la historia de un imprescindible no querido

Durante el espectáculo de Chanel Métiers d'Art, Virginie Viard nos dio una sorpresa en el Château de Chenonceau. ¿Cuál? Ni carteras ni zapatos, sino una pieza que estamos acostumbradas a ver en la calle pero que no esperábamos encontrarnos en la pasarela: las leggings. Recorrimos  su historia.

04/01/2021 13:14

Bajo las faldas de la casa Chanel, las leggings, un imprescindible de los ’80, emblemático del estilo de Olivia Newton-John y más recientemente sinónimo de ropa deportiva, vuelven al armario más formal. ¿Pero de dónde vienen?

Un híbrido

Si bien las primeras  son del siglo XIV, este básico como lo conocemos se remonta a los años ‘60. En ese momento, los bóxers elásticos eran prerrogativa de las modelos y chicas de moda. Tras la invención de la lycra a finales de la década de 1950, el vestuario femenino evolucionó y los vestidos con grandes enaguas dieron paso a un escenario más funcional. El uso de pantalones para mujer se democratiza y las piezas más cercanas al cuerpo son cada vez más aceptadas. Pero solo en un contexto determinado.

En las películas, Olivia Newton-John seduce al rebelde John Travolta de Grease después de cambiar sus faldas midi por leggings brillantes. Y en la televisión, Jane Fonda hace ejercicios aeróbicos con leggings y leotardos iridiscentes. Sin embargo, habrá que esperar a Madonna y Cindy Lauper, cantantes cuyos looks vanguardistas la rompieron, para ver a este básico dar sus primeros pasos en la calle. ¿La causa de la vacilación? Su estado indefinido. “Era un producto que no nos atrevíamos a mostrar en ese momento. Si no era atlético, todavía tenía el estatus de ropa interior ”, explica Thomas Zylberstein, estilista de Carlin Creative. “Usar los leggings fuera de un contexto deportivo era un poco escandaloso. La gran pregunta era: ¿es una prenda o es  ropa interior?”

Objeto de fascinación

Elogiado o rechazado sucesivamente, las leggings nunca desaparecieron y son objeto de reinvenciones que las vuelven a poner en primer plano. “Es una prenda que siempre sufrió un problema de imagen”, analiza Thomas Zylberstein.

“Gracias a Chanel confirmamos que el encierro significa que volvimos un poco a este tipo de prendas que podemos usar dentro de casa, afuera, para  hacer deporte, etc…

Hay que reconocer que desde los años ‘80, ‘90 y 2000, es un producto que siempre estuvo más o menos ahí, más o menos de moda pero nunca realmente valorado, siempre un poco sospechoso. Excepto cuando se trata de llevarlas de manera deportiva”.

Una prenda mil usos

“Si usamos la terminología inglesa ‘leggings’, uno piensa enseguida en algo dinámico, con materiales de microfibra suave”, dice Zylberstein. “Si usamos la terminología francesa, ‘legging’ es ‘caleçon’ (ropa interior). Y ya no es exactamente lo mismo. Ahí es donde radica la ambigüedad de esta prenda que está ligada a las tendencias y los cambios en la sociedad.”

Los puntos fuertes

Sin dudas su comodidad y versatilidad. Llevado como medias opacas debajo de minis o shorts, se dejan llevar de día y de noche, en verano o invierno. ¿Las más famosas? Las que simulan un pantalón de cuero (más económicas y más cómodas que este último).

La pregunta es: ¿revela demasiado? Hace no mucho, en 2010, se alzaron varias voces en un intento de que se prohibiera el uso de las leggings en las escuelas. La escalada llegó en 2017 cuando le prohibieron a dos adolescentes abordar un vuelo de United Airlines por considerar su atuendo demasiado “informal”. Sin embargo (y por suerte) la salvación de esta prenda también vino de la mano de las más jóvenes.

Renacimiento

Transformándose una vez más, las leggings pasaron a ser protagonistas de la mano de Gigi Hadid  Kendall Jenner quienes las adoptaron en 2010 como una pieza fundamental. El auge de los ciclistas y la ropa deportiva ayudó al resurgimiento de las leggings de cara al 2021.

Es un poco la venganza de esta prenda que de repente vuelve con varias tipologías. Ahora elevadas al rango de pieza súper urbana, como bien lo demostró Chanel.

Virginie Viard apostó por una versión sofisticada acorde a los códigos de la firma parisina.

En síntesis, la ambigüedad de esta prenda desdibuja las líneas de las reglas establecidas por la sociedad y asume nuevas formas para traernos ante todo, comodidad.