Masajes faciales
Los esteticistas-masajistas faciales están revolucionando el arte de cuidar y rejuvenecer el rostro en todo el mundo (y "a mano", tal como lo hacían nuestras abuelas). ¿Nuevo esnobismo? No, porque realmente funciona.
Es un hecho, en Europa y Estados Unidos el "facialismo" es la sensación del momento en materia de rutinas de belleza. Y la clave de este éxito son los masajes faciales. Así, las "facialistas" (esteticistas especializadas en tratamientos faciales y masajes en el rostro) son las nuevas gurúes, no solo porque conocen como nadie la flora de la piel y la epidermis, sino también los músculos de la cara.
Esta corriente que en Oriente es milenaria, considera que así como la piel envejece, de igual forma lo hacen los músculos que la sostienen. Por eso alrededor del mundo se han multiplicado los centros de masajes faciales a los que asisten hombres y mujeres, al menos una vez por semana, como si fuera un gimnasio. La ideas es asistir a las cabinas de masajes a "entrenar" y trabajar los músculos de la cara mediante diferentes técnicas. Un método muy efectivo, no invasivo y, sobre todo, placentero.
De la mando de FACEIT, un centro de cuidado integral del rostro, especializado principalmente en masajes faciales y cosmiatría (como limpiezas o tratamientos faciales no invasivos, que se realizan con productos de la marca española Germaine de Capuccini).
Esta "casa de masajes faciales", además, cuenta con un espacio de venta de cosméticos para que las clientas continúen los cuidados en sus casas y potencien los resultados obtenidos. También posee gift cards (físicas o virtuales) válidas por servicios y productos cosméticos del shop. Igual que en el resto del mundo, se puede regalar "un masaje de 45 minutos" o cargar un monto particular para que el agasajado elija el tratamiento que desee.
Desde el express de 25 minutos hasta el de 1 hora y media, cada tipo de masaje tienen un objetivo diferente: lifting, descongestivo y distensionante. El masaje Ceremonia de 90', el único que se realiza en un espacio privado, ya que trabaja distintas partes del cuerpo (pero siempre buscando un beneficio facial).