Melasma
La llegada del otoño marca el momento ideal para comenzar a deshacernos de estas indeseadas manchas. Una médica especialista nos explica de manera sencilla qué hacer para lograrlo.
El melasma facial es una patología cutánea muy común que consiste en manchitas marrones en la piel. Las mujeres son quienes lo sufren mayoritariamente (solo un 10% de los hombres lo padece), y sus orígenes son diversos.
La pigmentación de la piel, por hiperproducción de melanina, es un mecanismo de defensa para protegerse de los radicales libres que produce la radiación solar. Pero existen casos en los que esta pigmentación se hace desordenada. Se observa un exceso de producción y un reparto irregular de la melanina que desemboca en la aparición de manchas hiperpigmentadas.
Normalmente aparecen en las zonas expuestas al sol: frente, labio superior, mentón, mejillas, cuello y antebrazos. La enfermedad se clasifica en melasma epidérmico, dérmico y mixto. Moderado o grave. Y según la localización facial: centrofacial (frente, nariz, labio superior y mentón), malar (mejillas), mandibular (en la zona maxilar).
• Evitar factores desencadenantes del melasma como la sobreexposición a radiación UVA, UVB, Infrarrojos e incluso luz visible.
• Evitar el uso de anticonceptivos hormonales y fármacos fotosensibilizantes.
• Utilizar fotoprotección todos los días, durante todo el año. La aplicación del fotoprotector debe realizarse cada tres o cuatro horas, capa sobre capa, la cantidad suficiente que cubra generosa y ampliamente el área a tratar. El filtro solar es un básico que no debe faltar ni en invierno ni en verano.
Nuestro organismo elabora dos tipos de melanina (responsable de dar color a la piel); la feomelanina (de color rojo, anaranjado o amarillo) y la eumelanina (va de marrón oscuro a negro). Esto supone una gran variedad de tonos de la piel. Para poder controlar un exceso de melanina y, por tanto, la aparición de manchas, podemos recurrir a despigmentantes como el ácido tranexámico, ácido kójico, ácido tióctico, antioxidantes como las vitaminas C y A, entre otros.
En el tratamiento del melasma es importante tener en cuenta esta combinación de terapias, pues es de especial dificultad y hay que reseñar al paciente que son tratamientos largos, que deben individualizarse en función del problema y el tipo de piel y hay que asociarlos a una fotoprotección continua. Aunque el resultado es satisfactorio hay una importante tendencia a que las pigmentaciones puedan reaparecer.
Existen diferentes tratamientos, tanto domiciliarios como en consultorio. Existen diversos tipos de despigmentantes cosméticos, pero los más efectivos son los recetados clínicamente. Su objetivo es inhibir la tirosinasa que provoca la síntesis de melanina y atenuar las manchas, unificando el tono de la piel. A nivel de consulta de forma complementaria tenemos dos formas: el láser IPL y los peelings médicos en los que hay una renovación importante en la piel, lo mejor es realizarlos en otoño-invierno.
Asesoramiento: Dra. Johanna Furlan, médica cirujana (MN122.975) – IG @drajohannafurlangraf