Aunque nos aplicamos fragancias de forma intuitiva, el universo de los aromas tiene su propio protocolo.
Nadie nos enseñó a colocarnos perfume. Es un acto de rutina que repetimos sin conciencia. Sin embargo, el arte de perfumarse también tiene sus secretos y reglas de buen uso.
Sí, la fragancia que elegiste te parece deliciosa pero no todo el mundo puede estar de acuerdo con vos. Generar curiosidad es el objetivo. Ya lo dijo Coco Chanel, hay que aplicarse perfume en los lugares donde te gustaría ser besada. “Si el evento es una boda, una fiesta en algún lugar sofisticado, se pueden usar sin problemas caminos más envolventes, ricos y atrapantes – recomienda Veronica Kato, perfumista de Natura– Solo debes usar el sentido común en la cantidad de la aplicación”.
En las zonas de pulsación y de calor del cuerpo. En la nuca, el cuello, detrás de las orejas y en las muñecas, por ejemplo. Eso sí, jamás las frotes después de aplicarlo porque eso rompe las partículas del aroma y la fragancia se evapora más rápido. Un buen truco es colocar una crema humectante y luego aplicar el perfume. Si es de la misma línea de la fragancia, ¡mucho mejor!
Nunca en el baño. La luz y los cambios de temperatura afectan sus componentes. Lo mejor es hacerlo dentro de su caja original y en un sitio seco y oscuro. Otro dato a tener en cuenta es que los perfumes tienen una vida de 3 años
Existe un perfume ideal para cada ocasión. Si sos de las que usan siempre el mismo, los especialistas aseguran que estás en un error. Un día de campo amerita uno más fresco, una noche de gala, uno más elegante. Así como seleccionamos nuestro outfit cuidadosamente para cada evento, deberíamos hacerlo con las fragancias. Por lo general, se eligen de día las más ligeras, cítricas y florales y de noche, las intensas o golosas. También es ideal respetar las estaciones del año.
Si vas a estar mucho tiempo bajo el sol, tenés en cuenta que hay algunos ingredientes que pueden manchar la piel. En algún evento donde el sentido del olfato es importante, como una cata de vinos o para visitar un enfermo o a un bebé recién nacido.