La moda y la belleza convergen en tus manos. Creatividad, color y combinaciones extravagantes... La manicuría de diseño se volvió una forma de expresión y es trending topic.
La francesita no tiene límites. A los clásicos transparente y blanco se suman tonos fuertes, contrastantes (e impensados). ¿El must? Romper el juego y pintar una uña entera con el color de las puntas.
La clave es elegir un combo de tonos explosivos (puede ser en la misma gama o en contraste). Pintá de un color, dejá secar y esmaltá encima con otro. El borde se dibuja curvo y asimétrico: no es necesario que quede prolijo o igualado.
Facilísimos, los puntos y lunares son la opción ideal para las inexpertas (o simplemente para dar un touch divertido y tranqui a la vez). Este estilo queda genial tanto con tonos pasteles como estridentes (y en el bitono blanco y negro, es lo más).
Inspirate en los cuadros de Piet Mondrian y llevá en tus manos diez obras maestras. El foco está puesto en la geometría y las líneas rectas. Si te animás, podés utilizar hasta 3 o 4 colores. La idea es que cada una tenga un motivo distinto.