La piel de tu cabeza también necesita cuidados.
Si tenés el cuero cabelludo seco y con descamaciones, sobre todo cuando cambian las temperaturas, exfoliarlo podría ser la respuesta. La piel de tu cabeza es igual a la piel del resto del cuerpo, por lo que necesita también cuidados. “Mantener el cuero cabelludo limpio ayuda a que el pelo crezca más sano y fuerte”, doce David Adams, tricólogo (experto en cuero cabelludo y pelo) y fundador de Thicker Fuller Hair. “Un cuero cabelludo limpio es lo mejor que podemos hacer para asegurarnos de que el pelo crezca sano”. A continuación, más consejos de este experto.
Sus necesidades son distintas, dice Adams. Si solés usar muchos productos de styling en el pelo, deberías lavarte con un champú clarificante y un exfoliante de cuero cabelludo para quitar el exceso de residuos.
“Si tenés el cuero cabelludo muy seco o descamado, exfoliá una vez por semana o cada quince días”, dice Adams.
“No fricciones con vigor el cuero cabelludo”, dice Adams. “Suave y lento, con movimientos circulares. Esto estimula la microcirculación y permite que la sangre llegue hasta la superficie. Y el pelo se alimenta del torrente sanguíneo. Por eso, también estimula su crecimiento”.
Buscá productos con zinc y cobre
El zinc, en particular, es muy bueno para limpiar el cuero cabelludo, por lo que está presente en muchos productos contra la caspa. “Si por alguna razón el recambio celular de la piel está acelerado, el zinc ayuda a remover estas células y a enlentecer este proceso”, explica Adams. El cobre, el magnesio, los aceites esenciales orgánicos y la queratina también ayudan.
“Los productos como el champú seco y la mousse no ayudan con este problema”, dice Adams. “Suelen acumularse en el folículo y si no lo limpiás sucede un fenómeno conocido como miniaturización: el folículo se vuelve más pequeño y en vez de que de allí crezcan dos o tres pelos, solo sale uno. Es una de las causas de la pérdida de volumen”. Adams agrega esta comparación: “Es como si llegaras a tu casa toda maquillada del día y te fueras a dormir sin lavarte la cara. Al otro día, te despertás y te volvés a maquillar sobre la cara sucia. Y así sucesivamente”.
Vía Elle.com