En su libro "¿Por qué dormimos?", considerando la biblia del buen dormir, el profesor de neurociencias y psicología de la Universidad de Berkeley (EE. UU.), Matthew Walker comparte los mejores consejos.
Si solo hubiera un consejo para recordar, sería este: es esencial irse a la cama y despertarse siempre a la misma hora. “Como seres humanos con hábitos profundos, tenemos grandes dificultades para adaptarnos a los cambios de programa en nuestro sueño. Así que no tenés que pasar el fin de semana durmiendo hasta el medioía para ponerte al día con el insomnio (o noches locas) de la semana. Al contrario, lo mejor es tener un ritmo lo más regular posible para dormir bien.
El ejercicio físico mejora la calidad del sueño “Obviamente, un estilo de vida sedentario no ayuda a dormir bien: todos deberíamos practicar ejercicio regularmente para mantener no solo la salud de nuestro cuerpo, sino también la cantidad y calidad de nuestro sueño. A cambio, el sueño fortalece nuestra forma física y energía, iniciando un ciclo positivo de autosuficiencia de mayor actividad física (y salud mental).
Una hora antes de acostarnos, deberíamos bajar la iluminación de la habitación porque la luz perturba la calidad del sueño. Incluso más que las bombitas de luz, deberíamos abandonar las pantallas LED: “Comparado con leer un libro de papel, leer en iPad, por ejemplo, reduce a la mitad la liberación de melatonina en la noche”. Finalmente, para dormirse rápidamente, la temperatura del cuerpo debería caer un grado. “Una temperatura de 18.3 ° C en la habitación es ideal para la mayoría de nosotros para dormir con ropa de cama y pijama.
Vía ELLE.fr