Algunos tips para dominar el arte de la relajación de a dos.
El aceite es un aliado espectacular cuando hablamos de masajes. Sobre todo porque es una textura ideal que permite fluidificar los movimientos de las manos y aumentar las sensaciones de bienestar en quien recibe el masaje.
Si no te gusta la sensación grasa del aceite, podés optar por un aceite seco. Es una excelente idea para mejorar un masaje sensual. Mezclalo con un par de gotas de algún aceite vegetal orgánico como el de almendras dulces o el de argán y algún aceite esencial de rosa, que calma y estimula, o de sándalo, que calma y posee propiedades afrodisíacas.
Muchos estudios han demostrado que la música relaja y disminuye el estrés; sin dudas es una aliada para favorecer los momentos de sensualidad e intimidad. Prepará una playlist romántica por adelantado, no hay forma de que no funcione.
Además de la música, pensá en crear un ambiente propicio para la relajación con una iluminación tenue y algunas velas (¡bien ubicadas para evitar el incendio!). Apagá el celular, la tablet y cualquier otro aparato susceptible de interrumpir con la mínima notificación.
Explorá las distintas zonas del cuerpo de tu pareja y observá cómo reacciona. Variá la presión y los movimientos para darte cuenta a qué estímulos responde mejor. Un consejo; no te olvides de la cabeza, hacele un buen masaje en el cuero cabelludo.
¿Lo más importante del masaje sensual? Entregarse al juego a fondo. Idealmente, la sesión debería durar 30 minutos para procurar un verdadero momento de relajación y bienestar. Es inútil hacerlo solo para complacer a tu pareja si vos no tenés ganas o no estás de humor o relajada. No te olvides: la intención es lo que cuenta.