Anticonceptivos: todo lo que tenés que saber

Anticonceptivos: todo lo que tenés que saber

Las más jóvenes eligen los métodos naturales aunque sean menos seguros. Las mujeres adultas creen en la fidelidad de su pareja o no quieren incomodar a su última conquista. Dos extremos y un problema: salud en alerta rojo.

26/03/2020 06:18

Los datos son elocuentes. En Argentina el 13,6% de los nacimientos de 2017 fueron de una madre menor a 20 años y el 0,4% de menores de 15. Así se desprende del relevamiento “Indicadores Básicos 2019” del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. Por su parte, el informe de Unicef “El acceso a la salud de los y las adolescentes en la Argentina 2017” refleja que los embarazos no planificados están dentro de las tres principales problemáticas de salud de las más jóvenes, junto al consumo excesivo de alcohol y el uso de sustancias. Por otro lado, los especialistas consultados por ELLE concuerdan en que las más jóvenes están siendo reacias a tomar pastillas anticonceptivas y se inclinan por métodos más naturales. La tendencia tiene doble riesgo: embarazo no deseado y contagio de enfermedades.

RADIOGRAFÍA

El promedio de edad del debut sexual de las mujeres argentinas es de 17 años. Pero mientras que las de 40 a 49 declaran haberse iniciado alrededor de los 18, en las más jóvenes, el promedio baja a los 15. Según la Encuesta Nacional sobre Salud Sexual y Reproductiva, en esa primera relación, menos de la mitad (49,1%) de las mayores dijo haber usado un método para cuidarse, contra el 90,4% de las chicas, entre 14 a 19 años. De todos modos, en la actualidad, el 81,3% del total de las de edad reproductiva dice utilizar algún tipo de tratamiento. Parece entonces haber más conciencia que en décadas anteriores. Pero “hay adolescentes muy responsables que consultan antes de tener su primera relación. Entre los más jóvenes, hoy tienen más sexo oral que genital. Les crea la falsa creencia de que no hay riesgo, pero se olvidan de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)”, explica Felipe Jofre, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Bernardino Rivadavia. El especialista describe que “no solo se trata de evitar embarazos no planificados sino también de prevenir el contagio de ITS y, para eso, el único método posible es el de barrera: preservativo en varones (siempre) o campo de látex en mujeres (para el sexo oral)”. Lamentablemente, de acuerdo a dicho sondeo, solo el 29,6% dice cuidarse con condones, mientras que los anticonceptivos hormonales –orales, inyectables, implantes subcutáneos, parches dérmicos, anillo vaginal, DIU hormonal– son los más utilizados por las argentinas: el 50,5%.

MENOS SEGUROS, MÁS CONTAGIO

“Hay una tendencia entre las más jóvenes de preferir los métodos naturales”, asegura el doctor Hernán Jensen, jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Sanatorio Otamendi. En este paquete están el Ogino Knaus (que implica evitar los días más fértiles), el control de la temperatura basal (porque la ovulación eleva la temperatura), el coito interrumpido y el Billings (se evitan las relaciones al tener el flujo cervical más espeso, indicador de ovulación). Florencia Salort, ginecóloga del Hospital Italiano y diplomada en Psicoterapia Integrativa, también ve este fenómeno: “Lamentablemente, las chicas están a full con lo natural, pero para que funcionen, con una efectividad de entre el 85 y el 90%, tienen que usarse perfecto, conocer muy bien la anatomía y fisiología de cada una y cómo son los ejes de cada mujer. En general –asegura la especialista–, eligen el método del flujo, más la temperatura, más el calendario y, sumando todo eso, hay más chances anticonceptivas pero nunca es un método totalmente fiable”. Salort advierte que las posibilidades de fallas son altas porque en el ciclo menstrual influye una gran cantidad de factores –como el estrés, la disminución o aumento de peso, la gimnasia, las vacaciones o empezar a tener relaciones sexuales con una nueva persona– que hacen que se adelante o atrase. “La temperatura basal, por ejemplo, puede variar por una infección o porque si tuvieron o no relaciones, entre muchas tantas causas. También es necesario concientizar sobre el riesgo del coitus interruptus porque hay espermatozoides en el semen antes de que el varón eyacule. Por lo tanto, confiar en ellos es como una ruleta rusa. Además, implican cero cuidado respecto a las enfermedades de transmisión sexual”. “Entre los métodos anticonceptivos, el preservativo sigue siendo por lejos el más efectivo”, afirma Jensen. Mientras que el doctor Jofre señala que dentro de quienes usan los métodos hormonales se ve una inclinación hacia los libres de estrógenos o los más naturales, con igual eficacia anticonceptiva y menos efectos adversos.

ME QUIERO, ME CUIDO

Según Jensen, en los últimos años, las mujeres que consultan se muestran muy interesadas en cuidar su salud, en el momento de elegir cómo se van a cuidar. Pero las que manifiestan esa inquietud en la consulta médica no superan aún el 20% (contra menos del 10% de los varones). “El anticonceptivo tiene que adecuarse a cada una y no al revés –dice la doctora Salort–. Es un traje a medida que podemos ir modificando en cada momento de nuestra vida de acuerdo a las necesidades y preferencias que nos vayan apareciendo. La edad no es un determinante para usar uno u otro. ¿Hay verdaderas razones para preocuparse si se toma la píldora? “Un anticonceptivo oral tiene 10 veces menos riesgo de causar un fenómeno tromboembólico que un embarazo normal”, afirma Jofre. “Si se toman bien, tienen una eficacia mayor al 99 por ciento y traen pocos efectos adversos. El factor negativo más peligroso sería la trombosis venosa profunda pero ocurre en pocas mujeres. Es bastante más fácil tener ese problema al viajar en avión que por las pastillas anticonceptivas”, afirma Salort. Por otro lado, la doctora dice que no es verdad que métodos como el DIU estén contraindicados en las más jóvenes o mujeres que no tuvieron hijos. “Eso es un mito. En muchos lugares del mundo, el DIU o el implante subdérmico de progesterona, ambos considerados de larga duración, se están usando muchísimo en adolescentes porque, al no depender del hábito diario de la mujer, como es el caso de las pastillas y del posible olvido de la toma, son los más efectivos contra los embarazos no deseados”. Como estos métodos son anovulatorios (impiden que el ovario produzca óvulos), generalmente disminuyen el período menstrual, pueden doler las mamas y haber sangrado en medio del ciclo; todos efectos menores y normales. Una campaña de implantes del Ministerio de Salud priorizó a las adolescentes de 15 a 19 años sin cobertura de obras sociales o medicina prepaga que hubieran tenido al menos un evento obstétrico en el año previo a la colocación y que residieran en las jurisdicciones que presentaban las mayores tasas de fecundidad adolescente. A partir del año siguiente, se extendió a nivel nacional a todas las mujeres de 15 a 24, sin obra social o prepaga. En 2018, la dirección de Salud Sexual y Reproductiva llevó adelante el Estudio de Seguimiento y Adherencia al Implante Subdérmico en Adolescentes y Jóvenes en Argentina y se determinó que la tasa de retiro es menor en chicas de entre 15 a 19 años (11%) que en las de entre 20 a 24 (15%), lo que indica que resulta una estrategia significativa en la prevención de embarazos no intencionales en jóvenes. “La tasa de embarazo adolescente en Argentina bajó un 20% y esto se debe al Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA). Se implementa en todo el país y concientiza sobre esta problemática. Según las cifras totales de ENIA bajaron de unos 118 mil en 2015 a 78 mil en 2018”, dice Jensen. La ley Nacional de Anticoncepción brinda el acceso a todos los métodos en forma gratuita, tanto en hospitales públicos como privados. “Pero seguramente falta darles a esas adolescentes la información sobre cómo cuidarse y cómo prevenir un embarazo no deseado y las ITS. Faltan campañas públicas en todos los medios y en forma permanente, al igual que la seguridad vial, el consumo de sustancias y el alcohol”, analiza Jofre.

SIN RIESGOS A CUALQUIER EDAD

El doctor Hernán Jensen asegura que quienes acaban de ser madres suelen combinar preservativos y anticonceptivos orales. Luego, muchas optan por los hormonales (orales, parches, anillo vaginal, inyecciones, implantes y DIU). “Hay cada vez más parejas que están eligiendo la opción quirúrgica que aún se ve desplazada hacia la mujer, con la ligadura tubaria (trompas), pero también hay varones que se hacen una vasectomía”, dice y advierte que las mujeres de más de 40 son una franja casi olvidada y que es importante considerarlas ya que son parte del grupo de embarazo no deseado (igual que en la adolescencia). “En esta etapa muchas necesitan anticonceptivos hormonales para regularizar sus ciclos menstruales, pero hay que atender sus necesidades y advertirles que para tener un sexo libre y seguro deben además usar un método de barrera, el preservativo, ya que las ITS no respetan los distintos grupos etarios”, aclara Jensen.

SEXO SIN SORPRESAS

“Las mujeres adultas tienen una tendencia a cuidarse menos porque los hombres se quejan de que no tienen buena erección y entonces no quieren usar preservativos. Y, las mujeres, como son menopáusicas, creen que ya no se van a embarazar. A las que no están en pareja les cuesta mucho formarla y por alguna razón aceptan que no usen preservativos. Y las que tienen una pareja estable suelen relajarse y dar por hecho que está bien no usarlo. Pero no debería ser así. Se calcula que un 40% tiene sexo extramatrimonial”, dice Salort. Los especialistas coinciden en que “todas debemos cuidarnos de embarazos no planificados y de las ITS. Es el comienzo para poder gozar de una sexualidad activa, sana y plena”.