Bajo el sol no hay nada nuevo, pero siempre viene bien tener presente las clásicas recomendaciones de los especialistas sobre protección solar.
No nos cansamos de repetirlo, pero tampoco queremos aburrirte ni que te canses de escucharlo… Tené en cuenta estos tips para protegerte de las radiaciones nocivas y vas a lograr un bronceado perfecto.
1. ¿CUÁLES SON LAS DOS RECOMENDACIONES BÁSICAS QUE SIEMPRE HAY QUE TENER EN CUENTA?
En primer lugar que NO existe la pantalla total; ningún filtro protege un ciento por ciento, por muy alto que sea el factor que indique el envase. ¿La clave? Prudencia. Evitar las horas pico de 10.30 a 15.30. Lo segundo es REAPLICAR: las nuevas fórmulas se pueden colocar aun con la piel mojada y sin que se pegue la arena. ¡No tenés excusa!
2. ¿QUE CANTIDAD HACE FALTA?
Según los especialistas, la dosis recomendada es de 2 mg por centímetro cuadrado de piel, algo que puede resultar desmedido (ya que está comprobado que en la práctica real la mayoría de las personas usa menos de la cuarta parte de esta cantidad). Por eso, para suplir este déficit, hay que optar por un FPS 30 (aunque necesites un índice de protección menor) y reaplicarlo cada dos horas. La dosis mínima sería algo así como 6 cucharaditas para el cuerpo y el largo equivalente al dedo índice para el rostro, si se trata de crema o emulsión. Para la textura líquida, en spray por ejemplo, son 12 pulverizaciones por zona (en cada pierna, panza, espalda y brazos). Y si es en formato de barra: 4 pasadas en labios, cicatrices, manchas y contorno de ojos.
3. ¿QUE ES EL FACTOR DE PROTECCIÓN SOLAR?
Mucho se habla de números, pero en general no hay una idea clara de lo que esta cifra representa… El FPS es un índice que multiplica el tiempo en que una persona puede exponerse al sol sin sufrir eritemas, dependiendo de su fototipo. Así, la piel clara tipo I puede resistir sin quemarse 10 minutos. Pero con un filtro o pantalla FPS 30, su tiempo de permanencia al sol se multiplicará por 30 (se extenderá a 300 minutos, es decir, 5 horas). El fototipo II puede permanece 20 minutos ”al natural“; al aplicar un FPS 50 su tiempo al sol se prolongará a 1000 minutos… Sin embargo, para que la pantalla funcione debe colocarse correctamente: en cantidad generosa y uniforme, media hora antes de tomar sol y reaplicando cada 2 horas porque se va con el roce y la transpiración. El protector tiene vencimiento y se echa a perder: los sobrantes del año pasado seguro perdieron su efecto
4. ENTONCES, ¿CUÁL ELEGIR?
Ya se sabe que en verano el índice UV es mucho más alto que en el resto del año y por eso es fundamental protegernos con el filtro adecuado para nuestro fototipo.
5. AFTER SUN, ¿SI O NO?
No sólo por una cuestión estética o por el efecto placentero que produce, el post-solar es realmente necesario. Según las últimas investigaciones, las mutaciones que provoca la radiación en el ADN se siguen produciendo varias horas después de haber finalizado la exposición solar. Este fenómenos se da, sobre todo, en uno de los tipos de melanina: la feomelanina, y principalmente en las pieles muy blancas de fototipos bajos. Todavía no se conocen bien los mecanismos de este proceso, pero hay certezas de que los radicales libres tienen que ver en el proceso. Lo que sí está comprobado es que el uso del post-solar ayuda a cortar este “tiempo prolongado” del daño que produce el sol. Entre los componentes activos más indicados para calmar, nutrir y neutralizar el efecto residual de la radiación están el aceite de palta o de monoï, el aloe vera, la manteca de karité y el agua termal. Además, aparte de las vitaminas E y C, otros buenos antioxidantes son el selenio, el resveratrol o el ácido ferúlico. Un buen truco es colocar el after sun en la heladera; da mucho resultado por una cuestión simple: al bajar la temperatura cutánea se reduce la inflamación (que degenera en radicales libres).