Vuelven los días de sol y, después de meses sin tanta exposición a la radiación, la necesidad de cuidar nuestra piel se debe reforzar aún más. Pero, existen algunos mitos en torno a la protección solar que es necesario desmitificar para preservar la salud.
El verano se acerca y volvemos a exponernos a la radiación solar después de meses. Sin embargo, nuestra piel no tuvo tiempo de adaptarse y se encuentra sumamente sensible a la misma. Teniendo en cuenta esto, podría existir un mayor riesgo de quemaduras solares y una mayor incidencia de cáncer de piel. Y por eso, el uso de protección solar es más importante que nunca.
Cuando se trata de proteger nuestra piel del sol, existen distintos mitos que es necesario desterrar. Con el objetivo de educar y prevenir distintas problemáticas , La Roche-Posay, marca n° 1 de dermocosmética, junto a la Dra. Leisa María Molinari (M.N. 116.628), Directora Médica del “Centro médico de la piel”, nos comparten algunos mitos y verdades sobre la protección solar:
Los rayos UVA están presentes todo el año y representan la mayor amenaza para la salud de la piel. Incluso pueden penetrar ventanas y nubes, y dañan el ADN. Los rayos UVA son los responsables de las arrugas, alergias, manchas y cáncer de piel. Por otro lado, los rayos UVB suelen aumentar su incidencia en verano y generan daños visibles en corto plazo como quemaduras. El 95% de los rayos llegando a la tierra son UVA.
En primer lugar, para obtener una buena protección debemos seleccionar un producto con FPS (Factor de Protección Solar) 30, como mínimo. En segundo lugar, si bien el FPS es un indicador importante, también debemos tener en cuenta que hay 2 tipos de rayos que dañan nuestra piel: UVA y UVB. El nivel de protección de los rayos UVB lo mide el FPS; en cambio a los UVA se los mide con el PPD. Éste número debería ser un mínimo de ⅓ del FPS, es decir que mientras más PPD, mayor protección contra los rayos UVA. Además de tener en cuenta las consideraciones anteriores, es importante consultar con un dermatólogo para cubrir las necesidades de la piel de cada uno.
Es fundamental “desestacionalizar” el uso del protector solar y usarlo durante todo el año (y de manera diaria ya que los rayos UVA están presentes siempre). Además, debe utilizarse en interiores, no solo porque los rayos UVA traspasan vidrios, sino que también para proteger a la piel de la luz azul de las pantallas electrónicas, las cuales generan pigmentación y daños en la piel.
Los daños que ocasiona el sol en nuestra piel son a corto y largo plazo debido a que los mismos son acumulativos. A corto plazo, la exposición a los rayos UV puede causar: quemaduras, alergia al sol, trastornos de la pigmentación, acné y fotosensibilidad. A largo plazo, el sol puede provocar envejecimiento prematuro de la piel y cáncer de piel.
Hoy en día, existen opciones para proteger nuestra piel que son casi imperceptibles, cómodas y seguras tales (como Anthelios Fluido de La Roche-Posay). El mismo, se caracteriza por poseer una textura ultra fluida, transparente, liviana y con acabado no graso.
Hay zonas de nuestro cuerpo que están expuestas todo el año y debemos protegerlas igual que el rostro como son las manos y el escote. Además, en personas que llevan el pelo corto, no habría que olvidar cuello y orejas.
Asesoramiento, La Roche-Posay. Para más información:
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