Un estudio francés descubrió restos de glisfosato en los productos de higiene íntima.
Un estudio de la revista francesa 60 millones de consumidores puso en alerta una vez más a las mujeres: sí, los residuos de sustancias químicas dañiñas están presentes en tampones y toallas femeninas.
“El principal descubrimiento de estos nuevos análisis: la contaminación de los residuos tóxicos persisten”, dice el artículo en su número de marzo. Residuos de glifosato (el herbicida de Monsanto clasificado como ‘cancerígeno probable’ por el Centro Internacional de Investigación del Cáncer) y ftalatos fueron detectados en los tampones y productos de higiene íntima femenina.
En 2016, la revista había señalado el problema por primera vez. “La presencia recurrente de glifosato o alguno de sus derivados en los productos de grandes marcas es alarmante”, continúan. Incluso se encontraron sustancias peligrosas en marcas etiquetadas como “orgánicas”.
Las mujeres utilizamos en promedio 11 mil tampones a lo largo de nuestra vida. Algunas usuarias temen sufrir el síndrome de shock tóxico, pero hay que recordar que este no se debe a las sustancias químicas. “La experiencia demuestra que el riesgo de que se produzca el Síndrome del Shock Tóxico (SST) menstrual aumenta con el uso prolongado de protección interna o la utilización de un tampón con capacidad de absorción más fuerte que la necesaria”, indicó un estudio de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación francesa.
Algunas reglas simples son de utilidad: “Lavarse las manos antes y después de retirar o colocar el tampón, no dejarlo puesto más de 5 horas, y utilizar toallas femeninas para dormir”, señala Gérard Lina, microbiólogo que se especializa en Síndrome de Shock Tóxico. “El SST afecta a quienes no cambian con frecuencia el tampón y se olvidan de retirarlo para dormir”.
En el mercado, las copas menstruales, la ropa interior que absorbe sangre menstrual y las toallas femeninas de tela van ganando cada vez más terreno entre las mujeres que se preocupan por su salud y por el ambiente.
Vía ELLE.fr