En La Lucila: una casa, dos vidas

En La Lucila: una casa, dos vidas

Tras una atinada reforma, esta construcción racionalista de fines de los ’50 consiguió nuevos usos al aire libre al aprovechar el metraje sobre el techo.

30/12/2021 18:08

Aunque generosa en sus proporciones, bellísima y bien conservada, la casa no terminaba de adaptarse a las necesidades actuales de una familia con cuatro hijos. Había sido construida por los renombrados arquitectos Hugo Armesto y Eduardo Casado Sastre a fines de la década del ’50, tomando elementos del racionalismo y combinándolos con notas art déco. Dos plantas dominadas por trazos curvos tanto dentro como fuera de sus amplios ambientes, casi todos conectados a espacios verdes.

Abajo, las áreas sociales y de servicio se unían a un jardín. Arriba, los dormitorios se conectaban a un gigantesco balcón parquizado. Pero su distribución volvía un desafío incorporar zonas de esparcimiento al aire libre sin desvirtuar su concepción original. Por eso, los dueños de casa –una diseñadora de joyería contemporánea y su familia–, convocaron a los arquitectos. Frank Zanada y Daniel Rodríguez O’Toole para encarar una respetuosa reforma. Casi sin tocar las dos plantas originales (salvo para dividir dos amplios dormitorios para transformarlos en cuatro, uno para cada hijo), aprovecharon la azotea para crear un jardín con pileta y quincho. No solo lograron que la construcción se amoldara a los usos actuales, sino que le dieron nueva vida. Tanto que ahora, de entrecasa, lo llaman “la casa de fin de semana en el techo”.

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