Desde Mad Men hasta la última edición del Salón del Mueble de Milán, el living se viste de modernidad de mitad de siglo entre homenajes directos, reediciones y nuevas propuestas que vuelven a pensar el hogar a través de la destreza, las líneas limpias, las formas suaves y una elegancia sin estridencias.
“Hoy en día, más que nunca, el estilo de mitad de siglo XX o midcentury modern está por todas partes. Si uno hojea el número de abril de ELLE Décor, más de la mitad de las casas incluyen alguna pieza de mobiliario de esta época. En los sets de televisión suelen sentar a los invitados en las clásicas sillas de oficina Knoll. Los restaurantes contemporáneos suelen tener asientos diseñados en los 50: ya sean Eames, Bertoia, Cherner o Saarinen”, escribió Laura Fenton de Curbed hace cuatro años. Fueron los primeros signos irrefutables del regreso del estilo moderno de mitad de siglo, una tendencia que ha tomado fuerza en los últimos años y que tuvo mucha presencia en el Salón del Mueble de Milán 2019.
Desde que fue acuñado, el término “Midcentury modern” o estilo moderno de mitad de siglo representa una serie de características relacionadas a la producción creativa, que incluyen la arquitectura, el diseño industrial y el diseño gráfico creados circa la mitad del siglo XX, entre 1933 y 1965.
Su primera aparición fue en Estados Unidos en el libro Midcentury Modern: Furniture of the 1950s publicado por Cara Greenway en 1984. El término señalaba que a pesar de la reputación de conformidad y gusto por el kitsch de la década, fue una época muy innovadora.
El Salón del Mueble de Milán de 2019 revitalizó este movimiento y les ofreció a los visitantes un muestra, de primera mano, de lo último en mobiliario para el living. Nos encontrarmos con este estilo, pero asimilado y elaborado por las compañías y diseñadores, que le rindieron homenaje, lo reeditaron y hasta lo repensaron elaborando nuevas propuestas a través de la destreza, las líneas limpias, las formas suaves y una elegancia sin estridencias.
Estos tributos directos a los maestros de mitad de siglo incluyen a Molteni&C en colaboración con Vincent Van Duysen, director creativo y curador de la imagen de marca. El stand legendario en la semana del diseño de Milán estuvo inspirado por los grandes arquitectos de mitad de siglo XX, y fue diseñado como un espacio amplio y luminoso con enormes islas verdes que evocaban los jardines californianos.
Con una terminación nueva en zinc, la base de aluminio del sillón está forrada en cuero o tela y tiene apoyabrazos que pueden sostener almohadones o servir como superficies extra de apoyo. “El sofá Gregor juega con la sutileza de las proporciones bajas, los grosores y la mezcla de materiales refinados. Un lenguaje armonioso y contemporáneo creado en contraste con los almohadones suaves, cómodos y generosos y la base fuerte, precisa y lineal. La parte horizontal de la base está cubierta de cuero trabajado a mano, cosido a la perfección en todo su perímetro”, explica el diseñador.
Tacchini, por su parte, opta por una reedición de la histórica pieza de Martin Ester, un arquitecto vienés que se vio obligado a emigrar a Brasil a finales de los años 30, donde tomó forma su innovadora visión creativa. La silla Reversivél, diseñada en 1955, se convirtió en un ícono del diseño.
El allure de unas vacaciones vintage cobraron vida en el proyecto Cap Martin Sunset de Carlo Colombo para Cappellini. El sistema de asientos modulares tapizados en géneros blancos o cueros naturales incluye apoyabrazos redondeados y costura doble en gros, reminiscentes de un verano elegante en el sur de Francia.
Desalto asimila el espíritu de mitad de siglo con nuevos productos bajo la mirada del director de arte Gordon Guillaumier, que exalta el diseño simplificado de la marca con una destreza en el arte de forjar y moldear el metal. Con la colección Void, el joven diseñador milanés Guglielmo Poletti arma una línea escultural y funcional de muebles que traducen los conceptos arquitectónicos del espacio vacío y la masa a través de la forma.
En la búsqueda de nuevas aplicaciones de materiales, se destaca la mesa Jelly en vidrio fundido, de Carlo Ballabio para Porada. En este particular acercamiento al trabajo con vidrio, casi en la tradición de Murano, cada pieza se convierte en algo único.
El mismo metal tubular que fascinó a los diseñadores de los años 30 como Mart Stam, Mies van Der Rohe y Marcel Bauer también inspiró Philo de Marco Zito, una pequeña familia de sofás y sillas diseñadas para Saba. Las formas son esenciales y limpias, creadas con pasión por la elegancia simple que evita los errores típicos del minimalismo estándar.
Para Moroso y Patricia Urquiola, la elegancia suave toma forma en el sofá Goga, inspirado en las piedras japonesas pulidas a través del tiempo por el agua. Una pieza con líneas fluidas e irregulares, que se reclina para lograr una posición relajada. Las referencias vintage están en su tapizado, reproducción de textiles de los 70 con textura bouclé.
Vía ELLEDécor.it