En la cima de un monótono edificio, el departamento de una ceramista impacta al visitante desprevenido con una deco ecléctica, cosmopolita y refinada que sacude los sentidos.
Al principio fue algo temporal. Luego de haber iniciado su familia en Londres, donde vivieron por 8 años, cuando Ana y Ben Battersby llegaron a Buenos Aires, lo primero que hicieron fue comprar un auto y el dúplex en un viejo edificio de la calle Billinghurst. Ella argentina y él británico, ambos con un ojo estético muy desarrollado, creían que ese departamento de dos plantas con terraza, aunque ubicado en una construcción algo deslucida, tenía potencial y podía ser un muy buen primer paso antes de pasar a una casa cuando estuvieran más asentados. “Era el año 2009 y con mi marido llegábamos a probar si él iba a poder trabajar acá. El es director de fotografía y por entonces no sabíamos cómo iba a resultar esta aventura”, recuerda la ceramista, cuyas delicadas piezas se venden bajo el sello RIE en tiendas de autor. “Era un departamento viejo y estuvimos en obra bastante tiempo para remodelarlo. Con ayuda de un arquitecto amigo, abrimos toda la planta baja y lo pusimos en valor, pero siempre con ideas low cost, porque pensábamos que iba a ser por poco tiempo”, dice con una sonrisa una década después. Gracias a la atmósfera ecléctica y cosmopolita que supieron imprimirle, el lugar se volvió difícil de abandonar.
Sobre un individual tejido (Brambo), la línea de vajilla que es casi un sello de la ceramista (Anabatt). Más atrás, uno de sus floreros con peonías de Tandil y servilletas de lino con aros de cerámica.
La mecedora que perteneció a los padres de Ben y un banquito de cardón le hacen compañía a una antigua mesa moño (Mercado de pulgas) y un sofá comprado en Londres (Sofa Workshop) con almohadones (Good Luck Casa y Marmekko).
Una isla con mesada de acero se planta en el centro de la cocina acompañada por un banquito retro (Mercado de Pulgas). En en nicho, radio antigua comprada en Inglaterra.
Sobre la mesa de comedor comprada en Uruguay caen dos lámparas cobre traídas de Inglaterra (Habitat), igual que las sillas Bertoia. Los cuencos negros pertenecen a una nueva serie de la ceramista.
La zona de la bañera casi íntegramente revestida en microcemento (Edfan). Sobre la mesada flotante de mármol arabescato, un espejo (The Dulich Trader), una canastita de Brasil y una toalla de lino (Ramos Generales).
El espíritu del dormitorio lo marca el respaldo de cama. Lo hizo Ben a partir de una tranquera vieja y contrasta con la ropa de cama (Ramos Generales). Sobre la mesita de luz (Minima Huella) destaca un espejo tallado.
Sobre un libro que hace referencia al oficio de Ana, una lámpara vintage comprada en el local londinense donde trabajó la ceramista (The Dulwich Trader). En la mesa ratona, más libros y una vasija de un ceramista inglés comprada en Somerset.
La biblioteca hecha a medida por la interiorista Luciana Levene Areco (Tu Nido Deco) exhibe piezas de madera torneada hechas por Ben Battersby (Fibra.64) y cerámicas de Ana. Delante, una lámpara retro completa el rincón de música.