El reconocido chef argentino, ganador de dos estrellas Michelin, acaba de lanzar un libro sobre su restaurante Mirazur.
Elle: -¿Qué actividad estoy interrumpiendo?
Mauro Colagreco: -Ninguna. Estoy en mi restaurante frente a la computadora.
Elle: -¿Por qué decidiste publicar un libro sobre Mirazur?
M.C.- Porque quería contar la historia del lugar y de las personas que detrás de escena le dan vida. Es un sitio mágico en la frontera entre dos países pilares de la gastronomía mundial: Italia y Francia (en la localidad de Menton). Me enamoré enseguida de este enclave y el libro era algo que quería realizar desde hace mucho tiempo. Es una invitación a entrar en mi mundo.
Elle: -¿Qué extrañás de Mirazur cuando estás de viaje?
M.C.:-La luz y el perfume del Mediterráneo que envuelven y abrazan todo, mi jardín, los Alpes que se levantan a su espalda.
Elle: -¿Y de Buenos Aires?
M.C.: -Mi familia, mi mamá, mi papá, mi primer hijo… Por suerte viajamos mucho y nos vemos seguido en el año.
Elle: -¿Qué esperás que sienta alguien que prueba un plato tuyo o abre el libro?
M.C.: -Hojear el libro es como oler un perfume atractivo desde una puerta entreabierta, pasar sus páginas para echar un vistazo esperando probar mis platos, que intentan despertar cada papila gustativa y quebrar las fronteras de los sabores. Mirazur quiere ser una experiencia para que el cliente pueda partir con un recuerdo precioso, algo que llevará siempre con sí mismo.
El libro que acaba de lanzar Mauro Colagreco.
Elle: -¿Qué sabores argentinos te acompañan en tus cartas?
M.C.: -A veces mis recetas tienen un toque argentino como un pequeño homenaje: puede ser el maíz, el mate, las papas… Algunos platos cuentan mi historia: así que quien los pruebe encontrará ingredientes de mis orígenes latinoamericanos, para después viajar conmigo hacia Francia, siempre quebrando fronteras.
Elle: -¿Cuál es el mejor consejo de cocina que te dieron?
M.C.: – Paul Bocuse decía: ´Clásica o moderna. Solo hay un tipo de cocina: la buena´.
Elle: -¿Qué hacés en tu tiempo libre?
M.C.: -Cuido mi jardín y cuando estoy cansado me siento de cara al mar. Mirar el azul del agua restablece la paz en los días más difíciles. Mi jardín es mi jardín interior también.
Elle: -¿Con qué agasajás a tu familia cuando cocinás?
M.C.: -En este momento tomates, tenemos muchos en el jardín y son tan deliciosos que no necesitan nada más de que un poco de aceite de oliva y de sal, junto con la “toma de Sospel” un queso sublime que produce nuestra amiga Sophie, en las montañas a la espalda de Mirazur. ¡Después un buen helado de chocolate rico y sabroso no se le niega a nadie!
Elle: Gracias Mauro.
M.C.: Un saludo a Argentina, ya nos veremos pronto.