Cantautora y actriz, con etapas cumplidas y evoluciones en curso, volvió a casa después de plantar nuestra bandera por el mundo. Sin abandonar la empatía ni el compromiso, comparte la experiencia de verse en perspectiva estando lejos de todo y disfrutar sola de la madrugada. Entrevista a solas con ELLE.
En ese tiempo, a Lali le pasó de todo. El Brava Tour, en aquel 2019, la hizo pinchar por varios lados los mapas. Ese año voló de punta a punta, ya sea para dar un show en Tel Aviv, Washington, Montevideo o Tucumán hasta para conducir la premier del Latin Grammy en Las Vegas o cantar al lado del piano de Fito Paez en Miami.
A su vez, de forma tan nómade como global, en cada escala, siguió haciendo música. Así fue naciendo Libra, su cuarto álbum, grabado en Argentina, Estados Unidos y España. Con fusión y evolución, desde noviembre 2020 ese disco ya provocó más de 33 millones de reproducciones en las distintas plataformas; su tercer premio MTVEma y el reconocimiento de los Latin American Music Awards.
El fenómeno se consagró y amplió. Pero además cambió. Porque Lali frenó y se puso a prueba. No solo por obligación, como le pasó al mundo entero tras el covid-19. También por elección.
“Fue un tiempo intenso, de reencontrarme conmigo, de mucha honestidad. Celebré darme cuenta que voy a cumplir 30, que tengo emociones por resolver y poder preguntarme si soy feliz. Abracé el proceso con amor. Sin tensión. Era necesario hacer ese stop”, repasa.
Es que antes de la nueva normalidad, la videollamada ya era frecuente para ella. Así hizo el casting para “Sky Rojo”, la serie de Netflix que estrena la segunda parte el 23 de julio y la tuvo –cuarentena mediante– viviendo en Madrid alrededor de un año.
“La primera vez me salió pésimo. No me creo Meryl Streep, pero sabía que lo podía hacer mejor. Sé lo difícil que es ponerse a prueba delante de otros”, recuerda sobre el examen para el papel de Wendy. Quiere ser “amorosa con esa circunstancia” como jurado en “La Voz Argentina”. “La exigencia la pongo en el estilo y en la autenticidad. Eso es lo loable para mí.”
Por esa virtud también la eligen a ella, sin temor a la contradicción, tanto para ser imagen de Puma como para producir y actuar la adaptación audiovisual del bestseller feminista “El fin del amor”.
“Me gustan los reencuentros cuando se nota que hay algo intacto a pesar de que haya pasado mucho tiempo”, comparte.
Alivia que así sea.
-LALI: Los prejuicios son siempre propios. Por ser del culo del mundo, tenemos esa carga. En mi caso, encontré más invitaciones y espacios de crecimiento. En España armé grupetes de amigos, con gente de acá y de allá. Y los españoles marcan nuestra generosidad
en la amistad. Unas empanaditas en casa no se niegan a nadie, sin importar cuánta plata falte. A pesar de la pandemia, armábamos un plancito en el parque para vernos un ratito. Nos gusta compartir y estar con otros. En otros países son más individualistas.
– LALI: Me fanaticé con Sam Harris, el neurocientífico autor de “Waking up”. Gracias a su trabajo empecé a ser consciente del drama que es la ansiedad. Es el mal de esta era. Nos parece normal pero es un estado de poca salud. Podemos entrenar y tener un cuerpo divino. Pero falta la pata mental. Si estamos locas por dentro también se nota. Mientras se ve saludable alguien que no hizo ningún abdominal pero medita hace una década. Quiero hacer algo sobre ese tema.
-¿QUÉ SENTÍS?
-LALI: Hay días que tengo angustia y no sé por qué. Algo adentro me está gritando. Eso es la ansiedad. Me voy de vacaciones pero no sé descansar, no puedo estar sin hacer nada. Igual me siento mejor desde que lo reconocí. Tomé conciencia y noto el cambio físico, la mejora en mi salud. Relajé mucho el último año y medio.
– EN ESA CANCIÓN HABLÁS DE REENCONTRARSE CON UNA MISMA, ESTANDO LEJOS DE TODO.
– LALI: Es la última de Libra, el moño que cierra una etapa. Hay cosas que ya no voy a hacer. Ya está. Evolucioné. Soy aquella pero también soy ésta. Estoy en un momento de sacarme responsabilidades. No puedo resolver todo. De joven creés que sí. Hasta que entendés que no corresponde, que el otro también tiene su adultez. Así es posible correrse de la entrega al 100% para otros
y verse a una misma.
– EN LIBRA SE ESCUCHA UN TRABAJO SOBRE LIBERACIÓN, AUTONOMÍA, GOCE. TEMAS QUE TAMBIÉN SON EJES DE “EL FIN DEL AMOR…”
– LALI: Es una coincidencia consecuente con la nueva etapa en la que me siento. Antes mantenía muy separados el mundo de la música y el de la actuación. Ahora quiero hacer cosas que tengan coherencia. En los últimos años empecé a elegir proyectos con la necesidad imperiosa de que puedan linkear, de mostrar que ahora me gusta contar las cosas así. Si me llaman para hacer de una chica desvalida, no creo que lo haga. Ya pasó.
– Y EN EL MUNDO DEL ENTRETENIMIENTO, ¿QUÉ FALTA ACTUALIZAR?
– LALI: En Argentina todavía nadie se atreve a hacer una serie sobre cómo vivimos el sexo realmente las mujeres. Para eso tenemos que buscar Fleabag. Quisiera que podamos ver algo hecho acá para que vos, mis amigas y yo digamos “obvio, a mí también me pasa”. Eso buscamos en la adaptación de “El fin del amor”, con Tamara Tenembaum y Erika Halvorsen. Cada capítulo tiene un tema que va a incomodar. Porque aún hay muchas aristas de los mandatos que tenemos normalizadas.
Fotos: Gabriel Machado para Machado Cicala / Estilismo: Audrey Liceaga / Make-up: Maru Venancio con productos Dior. / Pelo: Juan Manuel Cativa para Mala Peluquería.