Para el pesar de los agoreros, las cervecerías artesanales siguen siendo el spot social más elegido. Compartimos tres opciones para tomar birra y algo más.
VELAZCO Disquería & Bar – (Ramirez de Velazco 492, Villa Crespo)
“No somos específicamente una birrería. Velazco es un bar, como los de antes, pero aggiornado”, aclara Bruno Weinstein, socio gerente y fundador. Y agrega: “tiene algo de bodegón con birrería moderna”.
A pasos de la avenida Scalibrini Ortiz, es un refugio para melómanos: birra artesanal, nacional e importada, se disfruta entre bateas de vinilos nuevos y usados que también suenan. ¿Para comer? La recomendación es la picada.
La estrella de la barra: “La variedad más pedida en nuestro bar es la IPA de Orion. Una cerveza potente y firme que no varía entre tiradas. Es la más amarga y más alcohólica”, explica Weinstein. “Nosotros pinchamos los barriles directo de cámara. No hay tramo de cerveza fuera de frío. De esa manera garantizamos calidad y temperatura”.
El local: “Tenemos un ambiente inevitablemente vintage. Le devolvimos al local su frescura original de 1927, con los revestimientos, las luminarias, la herrería, los cuadros, las radios. Son todos objetos de época que generan empatía desde lo nostálgico. En la barra tenemos un teléfono a disco como el de las abuelas. Buscamos re conectar a la gente con lo discos, desacralizarlos, que quienes vienen se animen a revolver y se tienten de llevarse uno.”
La música: Lo que más suena es funk y jazz, pero también se puede escuchar rock indie y hip-hop. Si hay show en vivo, sólo importa la calidad: valen los cantautores y los tangueros.
Cuando pasás por la vereda es un taller que te llama la atención. Pero si te asomás resulta un museo de motores, con partes de autos y hasta una fosa de reparación. La comida se ofrece desde un foodtrack instalado en el patio con comida a la vista y una variedad de 20 sándwiches. En lo musical, el rock y el sonido electrónico acompañan el clima pistero.
Las cervezas: Según los expertos, tiene una carta compleja y original, que sorprende. Desde la experiencia diario, los dueños cuentan que la variedad más pedida es la red honey de Oberland. También llegan clientes en busca de la Braca Porter, que tiene frambuesa o preguntan por la Honey Walker con toques del famoso whiskey.
Los detalles: La ambientación incluye desde viejos surtidores hasta un reloj de Harley Davidson, sin olvidarse de los baños donde las bachas son gomas de auto.
El hit: Al tener tanta oferta las elecciones también son muy diversas. “Las más pedidas son las clásicas de la casa: Golden e Ipa”, explica Juan Pablo Reina, vocero de Berlina.
El lugar: Un increíble galpón de 800 metros cuadrados en el Casco Histórico de San Telmo que incluye una enorme barra con 22 canillas de cerveza, un skate park y una galería de arte urbano. “Al entrar por primera vez la gente se va sorprendiendo en escalas”,comenta Reina. “A veces se intentan arrancan los posters que tenemos en las paredes para llevarlos de recuerdo”.
La música: “Tenemos ciclos de DJ, aunque a la tarde solemos arrancar con reggae. Somos muy eclécticos en el sonido del búnker.”