A los hombres también les corre el reloj biológico

A los hombres también les corre el reloj biológico

Se creía que la alarma sólo sonaba para nosotras. Ahora se sabe que no. Las últimas investigaciones indican que las chances bajan después de los 35 años.

03/12/2019 15:50

Siempre dije y sostuve que no quería tener hijos –dice Mariano, economista, 55 años–. Es que me gusta viajar, tomarme años sabáticos. Ir liviano por la vida. No quería nada que me atara. Tuve varios romances y una sola pareja a los 30 y pico. Le advertí que hijos no. Todo se acabó a los 3 años cuando ella quedó embarazada. No sé qué pasó, pero me sentí engañado. Nunca más la vi”. Y continúa: “ Viviendo en Chile, a los 50, me enamoré como loco de una mujer de 36. A la segunda cita confesé mi decisión. Ella pensaba igual. Al año de estar juntos, a pesar del DIU, ella quedó embarazada. Y ahora quería a ese bebé. Me dejaba libre de toda responsabilidad, sólo me avisaba. Y después de muchas dudas, dije ¡vamos juntos! Hoy tenemos a Thiago de 5. Lo adoro, pero no quiero otro. Me hice una vasectomía”.

LA EDAD “CUENTA”

Ellos también tienen un reloj que marca las horas de su potencial reproductivo. Quizá (algunos) nunca activaron la alarma o les funciona más despacio. El tiempo corre para ambos. Pero los hombres están peor informados. Hoy la mirada de la ciencia y la divulgación empieza a observarlos. ¿Y ellos qué? En las últimas cuatro décadas, en Estados Unidos, un diez por ciento más de hombres mayores de 45 fueron padres gracias a la tecnología de reproducción asistida aplicada a las mujeres. Cuanto antes mejor, coinciden en afirmar ahora los especialistas. Aunque aún los datos sobre la fertilidad del hombre son escasos, hasta hace poco se consideraba que era a partir de los 55 la edad del padre podía incidir en la salud del bebé. La causa es la acumulación de alteraciones cromosómicas en el esperma. Ahora, un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford sugiere que los riesgos comienzan a los 35 y son significativos 10 años más tarde. Para llegar a esa conclusión los científicos han revisado más de cuarenta millones de nacimientos de EE.UU. La importancia de la edad no sólo tiene consecuencias en la fertilidad sino también se traduce en complicaciones en el embarazo (diabetes gestacional, nacimientos prematuros), bebés con problemas respiratorios, enfermedades cardíacas congénitas, bajo peso, apuntan los investigadores de Standford e insisten en aclarar que los datos todavía son escasos comparados con los que se tienen de la mujer. El estudio subraya que los aspectos implícitos en el propio documento todavía no son muy conocidos ni en la comunidad médica ni en la sociedad. Para los autores, es urgente que se prevenga a los hombres de los riesgos asociados con la paternidad a edades más avanzadas.

D.R.D.R.

¿ALARMISTA?

No. Es que en los últimos años la ciencia empezó a ocuparse de ellos, de la fertilidad y del paso del tiempo. Las mujeres nacemos con una cantidad determinada de óvulos que se van perdiendo con los años. Y para el final quedan los de peor calidad. En cambio, los espermatozoides se siguen produciendo toda la vida. Será por eso que a las mujeres nos criaron para tener esos miedos y tomar recaudos. Ahora se sabe que deben PRE-OCUPARSE ellos. “Los médicos deberían informar y aconsejar a los hombres tal como hacen con las mujeres”, dice Gloria Bachmann, directora de un nuevo estudio de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey. “Tienen que enfrentar los efectos que el envejecimiento tendrá sobre la concepción, el embarazo y la salud del hijo. Y saber que si planean posponerla, deben congelar esperma antes de los 35. Asumir esto para el hombre es como perder potencia y reconocerlo”, dice Mauricio Strugo, psicoterapeuta Gestalt, estudiante de sexología, autor del libro ¿Padres o pareja? (2018). “A mi consultorio vienen parejas con problemas de fertilidad y el hombre no quiere saber nada con hacerse un simple  esa cosa del rol del hombre que tiene que ser potente socialmente”. Strugo también puede hablar por experiencia personal. El mismo fue padre luego de un largo proceso médico y finalmente un embarazo natural. “La medicina observa a la mujer. Si nada funciona dice: ¿a ver tu marido?”, afirma. Sólo como prueba, una mirada rápida en Google muestra la brecha informativa relacionada con la edad y la fertilidad. Las búsquedas femeninas son 4 veces más que la masculina.

PADRES “PINTADOS”

Es del mismo modo cuando llega el curso de preparto. Los futuros padres se encuentran con que su función el día que nazca su hijo será no olvidarse el bolso con esto, esto y aquello. “Me sentí un imbécil”, recuerda Strugo, que tampoco encontró contención el día después. Con lo bueno y con lo malo, toda la literatura sobre temas de familia se dirigió siempre a ellas. “No hay nada escrito sobre lo que nos pasa a nosotros, por lo tanto, no hay nada que nos pasa a los hombres”, dice. La mayoría de los estudios sobre depresión posparto indicaban que a los padres no les pasaba tal cosa. Pero una investigación de la Universidad de Jerusalén, donde se entrevistó a hombres tres meses antes y tres después del nacimiento de su hijo, concluyó que los estudios previos daban resultados nulos. Las preguntas que se les formulaban eran en relación a lo que “sentían”. Lo que se debía analizar, descubrió, eran las conductas de esos hombres recién puestos a criar. Agarrarse a trompadas en la calle, consumir drogas y ser infieles serían típicas manifestaciones de depresión “posparto” masculinas, según se concluyó. “Como no hablamos de lo que sentimos, terminamos actuándolo”, sigue Strugo. “Se dice mucho sobre nuestra función cuando la mujer va a parir. Pero no se plantea que para acompañarla también tenemos que estar bien plantados. A los dos se nos desestructura la psiquis a partir de pensarnos y ser padres”.

A PURO RITMO

Según la neurobiología, sólo las mujeres tienen “un circuito neuronal de la maternidad”, y en el cerebro de un hombre nada cambia cuando se convierte en padre. “En ellos la paternidad es algo más cultural”, refleja el profesor de neurofisiología, Roberto Rosler, consultado por ELLE. “Por eso si la mujer no nos pone ‘en vereda’ seguimos pensando
que los hijos son esas cosas que se interponen entre nosotros y la heladera. La bibliografía dice que al hombre le interesa el hit and run, o sea, ‘donar’ su esperma para perpetuar sus genes y salir corriendo. Por eso elige a sus parejas según signos de potencia reproductiva (senos y caderas). Por el contrario, las mujeres hacen foco en una estrategia socio afectiva. Prefieren a alguien que las acompañe en el proceso de maduración de su cría”. EL TIC TAC Desde siempre el hombre piensa menos la paternidad. Es lógico, por lo tanto, que históricamente haya elaborado menos su propio deseo de ser padre. Pero esa necesidad existe. Más en unos que en otros. A determinada edad, según los psicólogos, el tema de la trascendencia y la soledad los hace recapacitar. Por eso hoy hay cada vez más padres solos y más padres viejos por decisión propia. El algún momento les salta la alarma