Las nuevas generaciones encuentran diversas formas de amar.
Si hasta hace unos años la monogamia aparecía como casi la única forma de tener una relación sentimental. En el 2019 esto es considerado una antigüedad. Por lo menos según una investigación realizada en Estados Unidos entre jóvenes menores de 30 años. Los datos del estudio arrojaron que para el 51% de los consultados su relación ideal es completamente monógama. Eso deja a un 49% restante con la idea de ampliar el panorama.
“Sea cual sea la dinámica que más te guste, el propósito es que te sientas bien con vos misma, así podrás ser coherente con los demás. La monogamia fue la forma en que a la mayoría nos enseñaron a querer, pero tenemos la oportunidad de expandir nuestros horizontes y darnos cuenta que el amor se trata de respeto, sentimientos e interés”, explica Rocío Cardosa, project manager de AdoptáUnChico, una app de citas basada en la inversión de roles: son las mujeres las que dan el primer paso. Aunque hay diferentes formas de relacionarse sentimentalmente, estas son las alternativas más populares después de la monogamia.
A diferencia de lo que se cree, en el poliamor no se trata de tener muchos encuentros sexuales, sino que se basa en el compromiso, pues consiste en sostener una relación romántica con más de una persona al mismo tiempo. La prioridad es la intimidad y la conexión, ya que es necesario dedicarle tiempo, respeto y amor a cada uno de los vínculos que tengas con alguien.
Aunque a veces suelen confundirse con las parejas poliamorosas, acá la diferencia es que mientras en este último existe una conexión romántica que conlleva un compromiso, en una relación abierta sólo se permiten los encuentros sexuales casuales. Lo esencial en este trato es el consentimiento, ya que es lo que lo vuelve diferente a una “infidelidad”. El acuerdo es tan personal como cada pareja. Por ejemplo, en algunos casos, la relación abierta implica contarle todo al otro y en otros no.
El swinging hace referencia a parejas comprometidas que deciden intercambiarse con otras sólo para tener sexo. La idea principal de esta práctica que es considerada por algunos como “un estilo de vida”. Es que las relaciones sexuales son compartidas, además de casuales. Eso quiere decir que vivís con tu pareja una experiencia conjunta en la que cada uno obtiene placer.
En esta dinámica, las personas optan por no priorizar las relaciones románticas sobre las que no lo son como las de amistad, familiares, sexuales, etc. Parte de una filosofía que propone cambiar la organización social para modificar la jerarquía y privilegio con el objetivo de darle la misma relevancia a todos los vínculos.