ELLE DISEÑADOR
Flamante ganador del Martín Fierro de la moda al Mejor Diseñador, Brown sigue demostrando que no equivocó cuando hizo a un lado su profesión de médico para dedicarse por completo a la moda. Acá te contamos su historia.
Sus creaciones revelan belleza y verdad: la conformidad entre lo que manifiesta y experimenta se hace visible. Las texturas son su musa y las piezas llevan la potencia del impulso que lo colocó en la escena de la moda. Historia de un médico que no pudo eludir su destino.
Describe su búsqueda como algo "totalmente innato". La historia parece un cuento con final cantado: adrián nació y se crió en un pueblo a 220 km de Buenos Aires, Dolores, en donde por supuesto todos se conocían.
"Siempre tuve cerca gente que le gustaba la pilcha. Mi abuela solía decir de sí misma que era la mujer más elegante del pueblo", cuenta.
No sorprende entonces que haya sido ella quien lo acercó al mundo mágico de las texturas cuando lo llevaba a las sederías para comprar cortes. "Esto es un brocato", le enseñaba. Por alguna razón, ese nene de 8 años comenzó a sentir fascinación por aquel universo en donde todo estaba por crearse. Algo que encontró resistencias puertas adentro de su casa. Pero estaba su abuela que le permitía soñar y su hermana que le hacía de modelo y prestaba su cuerpo para que él "pinchara telas" o le bocetara un vestido. "En mi adolescencia ya no pude contenerme y le diseñé a mi hermana el vestido para su fiesta de 15. Se hizo bajo mis directivas", recuerda.
La creatividad irrumpía con la fuerza incontenible de lo que no se puede ocultar. Lo que siguió fue obvio: todas las amigas de su hermana comenzaron a pedirle diseños y cuando fue él quien egresó, dibujó 13 vestidos para todas sus compañeras. Comenzaba así a socializarse aquello que le brotaba sin ningún esfuerzo.
El devenir natural se anunciaba, pero los mandatos familiares pusieron en pausa esa pulsión por lo creativo y lo llevaron a estudiar Medicina: "No sé bien por qué elegí esa carrera. Ni siquiera hay médicos en mi familia", cuenta. Hombre de excelencia, se recibió, se especializó en Dermatología, asistió a congresos internacionales, ejerció con éxito y logró consagrarse en essa profesión que, confiesa, no pudo disfrutar.
Hoy, casado con Victoria y con una hija de 8, es a sus 54 años uno de los diseñadores locales de alta costura más importantes. Y lo mejor de todo: el mundo de la moda lo adora.