En un armario hay elementos esenciales que están cargados de una historia liberadora y, al menos, feminista. La remera polo no es una excepción. Zoom a este básico que se convirtió en el ítem favorito de las últimas semanas de la moda.
Por razones de practicidad, igualdad y comodidad, la moda femenina siempre se inspiró en el vestuario masculino. La camiseta y la chaqueta militar son dos básicos de armario que ilustran un perfecto ejemplo.
Pero hay otra prenda que puede presumir de haber contribuido a la liberación de la mujer: la remera polo. Al contrario de lo que podría pensarse, esta remera gruesa a medio camino entre la camiseta casual y la camisa formal no tiene su origen en el deporte del mismo nombre. En el siglo XIX, los soldados británicos tenían algunas dificultades para jugar al polo bajo el sol abrasador de la India durante sus descansos y usar sus pesadas camisas de algodón. De allí nació la camisa con el cuello abotonado para evitar que el sol azote constantemente la cara una vez que el caballo empezaba a galopar. Un invento llevado al público en general por John E. Brooks, nieto del fundador de la marca Brooks Brothers.
En la década de 1920, los jugadores de tenis vestían camisas de manga larga elegantes, pero poco prácticas. Jean René Lacoste, tenista francés y número uno del mundo decidió acortar sus mangas, añadir un cuello más chico y alargar la parte de atrás para mantenerla sin dificultades adentro del pantalón. Y mejor aún. Optó por el algodón piqué, un tejido importado que permitía una mejor ventilación y sujeción.
Así fue que lanzó su invento durante el US Open en 1926 y un año después lo personalizó con un cocodrilo en referencia a su apodo “el Cocodrilo”. ¿El resultado? Muchos deportistas se interesaron, incluidos los jugadores de polo que se dejaron conquistar por este cuello reducido que tenía mejor agarre y ofrecía la posibilidad de ser levantado para evitar quemaduras solares en el cuello.
Desde 1933, Jean René Lacoste optó por un mayor marketing y recurrió a su amigo André Gillier, un fabricante de prendas de punto. La famosa remera Lacoste vio la luz y rápidamente se la llamó “polo”.
Al mismo tiempo, el vestuario femenino experimentó una verdadera transformación. En la década de 1920, los cuerpos comenzaron a desnudarse muy de a poco y la tendencia juvenil ganó terreno. Al mismo tiempo, un diseñador de moda comenzó a trabajar creando equipos deportivos femeninos. Jean Patou quien en 1921 logró vestir a Suzanne Lenglen, campeona internacional de tenis.
Luego apareció en la cancha de Wimbledon con una falda plisada de seda blanca por encima de la rodilla, un cardigan blanco sin mangas, y una diadema naranja. Un atuendo provocativo que fue aceptado rápidamente porque se lo consideró elegante a pesar de todo.
El modisto justificó sus colecciones en una nota para “News Entreprise Association” en 1928: “En mi opinión, no hay nada más ridículo que un vestido de tenis adornado con un montón de cosas innecesarias. La ropa deportiva se rediseña ahora en su propia utilidad. En lo sucesivo debe acompañar y contribuir al éxito deportivo y no obstaculizarlo. No es de extrañar que la remera polo, más práctica y cómoda, gane terreno.”
Incluso la golfista Simone Thion de La Chaume, la primera jugadora de oro extranjera en ganar el Campeonato Británico de Golf Amateur Femenino en 1924, adoptó la remera polo, especialmente porque era la esposa de Jean René Lacoste. Su hija, Catherine Lacoste, también jugadora y campeona de golf, lució con orgullo esta prenda.
A esta altura ya se había vuelto elegante vestir con ropa deportiva durante el día. Así lo enfatizó Patou. La remera polo fue adoptada con velocidad, sobre todo por Fred Perry en Inglaterra y Ralph Lauren en los Estados Unidos. En los años 60, los adolescentes británicos la usaban abotonada hasta el cuello para darle un toque preppy. Los actores, que marcaron siempre la tendencia, también se apropiaron de esta pieza que terminó saliendo a la calle.
Hoy vuelve al podio. Burberry, Prada, Fendi, Jacquemus y más…
Todos confían en el efecto relajado y elegante de esta remera que libera el cuerpo y nos facilita el movimiento.