Icono de la casa francesa, la chaqueta “Bar” lleva el estampado de leopardo tan querido por Christian Dior. Este gusto por el motivo animal también está lejos de ser trivial. Esta es su historia.
12 de febrero de 1947. Christian Dior presenta su primera colección en los salones de la casa, ubicada en la muy chic avenue Montaigne, en París. Para este primer desfile, 90 siluetas presentarán las líneas “Corolle” y “En Huit”. En este día, el modisto entrará en leyenda al inaugurar el New Look que lo hará famoso. En el programa: una feminidad acentuada gracias al juego de volúmenes orquestado por la chaqueta Bar. El futuro icono de la etiqueta. Una maravilla cuyo objetivo es sublimar la cintura y suavizar la silueta gracias a sus hombros trabajados. En los albores de la década de 1950, apenas dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, las mujeres en busca de libertad social y estilística cayeron bajo su hechizo. Durante este primer desfile, la chaqueta se presenta en una versión de leopardo. Una elección atrevida para la época, pero que no debe nada al azar.
El estampado de leopardo fue un motivo recurrente en las colecciones de Christian Dior. Si el fundador de la casa francesa valoró su estética, es en gran parte gracias a su colaboradora y musa Mizza Brircard. A lo largo de su vida, el fundador admiró la elegancia de su amiga, los velos deportivos y las joyas brillantes. Después de trabajar en Doucet y Balenciaga, finalmente se encargará de la fabricación de sombreros de Christian Dior y lo asesorará en sus creaciones. Ella fue quien le sugirió que usara el estampado de leopardo para su primera colección. Desde entonces, fue parte de la identidad de la casa, reinterpretándose con las estaciones. Oscilando entre la medida y el exceso, los detalles discretos y opulentos.
A la hora de trabajar en la famosa chaqueta Bar para el otoño de 2021, Maria Grazia Chiuri, directora artística de la casa, sabía que quería rendir homenaje a quien tanto había inspirado a Christian Dior. La diseñadora italiana ofrece ahora su versión del estampado de leopardo, inspirada en un abrigo de las colecciones de los años ‘50. Para lograr este diseño, fue necesario imprimir los hilos de urdimbre antes de tejerlos para darle al tejido un efecto jaspeado. Tras el minucioso modelado y corte de los tejidos, el montaje da vida a esta creación denominada “Bar Mizza”.
Mizza Bricard encarnaba todo lo que hasta el momento sólo había existido en la imaginación de Christian Dior. Poses, gestos y actitudes además de un olfato de sabueso para detectar el buen gusto y la elegancia. Por eso la nombró su musa y la plantó en mitad de su taller para dejar que floreciera como el gran árbol de la inspiración.
Hoy este icónico modelo de chaqueta rinde culto a la eterna musa de Christian Dior. Y demuestra el poder de una pieza.