Transpiración intensa, sofocos, temblores, dolor en el pecho, miedo a morir en ese mismo instante. Estos son sólo algunos de los síntomas de un ataque de pánico, un trastorno que en la Argentina se diagnostica cada vez más.
¡Ataque de pánico! Es una patología que tiene síntomas físicos: “se tiene la sensación de estar cerca de la muerte, o la locura. Puede haber taquicardia, problemas para respirar y sensación de ahogo, entre otros efectos”, dice la licenciada Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA y especialista en Trastornos de Ansiedad. El primer episodio no se olvida nunca por eso es normal que quien lo haya padecido tenga miedo a que le vuelva a pasar. “Quienes padecen ataques de pánico no pueden quedarse solos, porque a partir del primer ataque, su conducta cambia por completo. ¿De qué manera? Evitando los lugares donde sufrió la crisis, trata de no hacer lo que estaba haciendo cunado le pasó. Por eso su conducta se limita y se tiende al aislamiento””, explica Martínez Castro. Esta tipología en particular de trastornos de ansiedad, suele avanzar rápidamente y tiene consecuencias graves.
* Siempre hay una predisposición genética (factores hereditarios), el medio socio-ambiental de tipo ansioso (las personas que lo rodean o rodearon han sido ansiosos, temerosos o sobreprotectores) y un suceso estresante o desencadenante.
* Los desencadenantes pueden ser comunes y cotidianos: una situación de estrés, una mudanza, un parto, enfermedad o muerte de seres queridos, accidentes, cambio laboral o desempleo, divorcio, entre otros.
* El trastorno de pánico se instala cuando se han repetido dos o más crisis, y la vida de la persona comienza a verse acotada (no hace sus actividades habituales, o las hace, pero acompañado, por miedo a volver a padecer una crisis y no tener ayuda o alternativa de escape en ese momento).
El ataque de pánico es una enfermedad con un tratamiento específico indicado y dirigido por expertos: psicoterapia cognitivo-conductual y medicación psiquiátrica “En un paciente que colabora con una sesión semanal puede llegar al alta en el término de los 4 a 6 meses de tratamiento constante y bien implementado. De esta manera, puede volver a sus actividades, sin restricciones”, aseguró la especialista.