Dolores Fonzi & ELLE: “Feminismo y ambientalismo son una misma lucha”

Dolores Fonzi & ELLE: “Feminismo y ambientalismo son una misma lucha”

Actriz, estrenó una pieza de cine de autoras: "Distancia de rescate". En el mes de las maternidades, de la prevención del cáncer de mama y del Día Internacional contra el Cambio Climático, conversamos en exclusiva sobre el desafío que implica el compromiso consciente, desde adentro de casa pero por el mundo.

25/10/2021 15:51

Dolores Fonzi está de entrecasa. Pelo atado en el momento y un buzo. Ladra la perra cachorra y suena el timbre. Se levanta a mirar la biblioteca que tiene a un costado y se entusiasma con charlar acerca de sus lecturas recientes. Así es la escena en la que nos encontramos en agosto del 2021.

“Estamos en la misma, ¿no?”, empatiza, desde el otro lado de la pantalla, tras preguntar por nuestra ubicación. “Es interesante pero también extraño. Con Nancy (Dupláa) comentamos lo raro que es tener una premier… virtual y en pantuflas”, recuerda. Y reflexiona sobre la adaptación a hacer más cosas puertas adentro. “Ahora paso varios días seguidos sin salir; resuelvo todo desde acá, sin culpa.”

¿Quieta, en pausa, aislada? Para nada. Como actriz, gracias a su talento y trayectoria, Fonzi se mantiene siempre en acción. Y contra toda adversidad. Incluso en 2020 tuvo estrenos, como “Puerta 7” y “Manual de supervivencia” (serie de comedia por la que fue nominada al Premio Cóndor de Plata).

Como ciudadana, Dolores le pone voz a todo aquello que la moviliza y compromete. Activa en la colectiva Actrices Argentinas (fue una tenaz promotora del aborto legal, seguro y gratuito), además concientiza sobre el cáncer de mama, enfermedad que atravesó en 2019. “Es imprescindible hacerse los controles médicos. La pandemia puso en crisis esos hábitos. Tenemos que recuperar esa rutina, estar conectadas con el cuerpo y darle bola”, comparte para que resuene en este mes dedicado a esa lucha.

Este octubre aparte fue especial para ella porque, después del estreno mundial en el último Festival de San Sebastián en España, llegó a las salas de cines en Argentina y también a Netflix la película “Distancia de rescate”. Este trabajo que coprotagoniza con la española María Valverde, el cual Dolores define como “lo mejor que me podía pasar”, es una adaptación de la novela de Samanta Schewbling, escrita por la misma autora junto a la cineasta peruana Claudia Lloza (nominada al Oscar por “La teta asustada”).

“Fue un regalo interpretar este texto, que viene de un libro que me compré porque quise y que me había encantado como lectora. Además, me fascinó porque las mujeres somos dueñas de la historia, delante y detrás de cámaras, por la maternidad y la amistad, y por la forma maravillosa en la que toca un tema de agenda sin nombrarlo”. De todo eso, conversamos.

-COMO INTERPRETE, ¿CUÁL ES EL DESAFIO DIFERENTE CUANDO EL TRABAJO IMPLICA LLEVAR UN LIBRO AL FORMATO CINE?

DOLORES FONZI: Siempre depende del guion y de la dirección. Pero lo difícil es cortar aquello que una se había imaginado o fantaseado sobre los personajes al leer. Tenés que olvidarte un rato que la novela existe. Volver a empezar y tomarlo como un material nuevo. En este caso, en todo momento, la pasé bomba. Y fue un trabajo que encaré como una deportista de alto rendimiento. Concentré y filmamos en días corridos, incluidos los fines de semana. Estaba súper afilada. Había hecho una dieta, con entrenamiento en cinta incluido. Cuando rodamos, en 2019, pesaba 10 kilos menos que ahora.

-¿POR QUÉ HICISTE ESE CAMBIO FÍSICO?

DOLORES FONZI: Me encanta comer. Solo me preparo así cuando la historia lo pide. Como para este papel, porque entendí que Carola (mi personaje) tenía que estar consumida y vulnerable. Si no, me gusta mostrar mi cuerpo tal cual está y hacerlo relajada. Mi trabajo no me obliga a tener una línea.

-Y EL LOOK EN TU PELO, ¿TAMBIEN DEPENDE ÚNICAMENTE DE LOS PERSONAJES?

DOLORES FONZI: No. Me hago todo el tiempo cosas en la cabeza. Eso me posiciona tanto en los roles que interpreto como en distintos momentos de mi vida. El color me cambia el estado de ánimo. Todavía no tengo canas, pero teñirme, o cortarme, y cambiar, me revive. Puedo pasar tres o seis meses con mi pelo natural, recuperándolo, hasta que me aburro. “Necesitás show”, me dijo el colorista la última vez que me hice un castaño oscuro, casi morocho. “Exacto”, le confirmé. Eso me divierte mucho.

-SIENDO MAMÁ, ¿CÓMO SE VIVE A DIARIO CON LA IDEA DE LA DISTANCIA DE RESCATE?

DOLORES FONZI: Creo que se naturaliza. No se discute pero tampoco se corta nunca. Lázaro y Libertad ya tienen 12 y 10 años. El mayor se puede tomar un taxi solo: se lo pido por una app, lo sigo, lo pago desde mi cuenta. Lo hacemos. Pero igual estás alerta, pendiente de ese hilo, atenta al orden del tiempo y de las cosas. Incluso me pasa si están en casa. Mientras charlamos, ahora, pienso que están por empezar gimnasia en el colegio, si comieron, si se habrán puesto alcohol en gel y si tengo adelantado algo para la cena. Hay gente que es más relajada y la admiro. A mí no me pasa. Estoy en vilo.

D.R.D.R.

DOLORES FONZI: Relajo cuando están con el padre, el único igual a mí en esa relación. Solo si están con él, aflojo la neurosis que provoca la maternidad. Igual, reconozco que ya no es como cuando eran chiquitos. Así que espero que esa intensidad cese en su adultez. Hago meditación; eso ayuda a bajar el estrés y a disfrutar más.

– YA SON CASI ADOLESCENTES. ¿QUÉ TE INQUIETA DE LA EPOCA QUE LES TOCA?

DOLORES FONZI: Cada momento tiene algo bueno y algo malo. A nuestras madres también les preocupaba algo. Mi hija tiene acceso a debates y a narrativas que, a su edad, yo no tuve. A mí me cuesta lo virtual, pero ellos se mueven como peces en el agua. Es su mundo. Todos sus vínculos pasan por las pantallas. Además las usan para crear: buscan cómo eran los ‘80, me piden ropa y se disfrazan con sus amigos, por ejemplo. Tienen mucha información a mano. Veremos cómo eso influye en su desarrollo. Creo que el desafío actual está vinculado con el contacto físico. Dónde y cómo queda el cuerpo ahora que somos pura cabeza e imagen. Seguro se las van arreglar. Van a aprender y a enseñar mucho.

– TAMBIEN ES UN TIEMPO DE PELIGROS INVISIBLES, QUE SON TEMA DE TU ÚLTIMA PELÍCULA.

DOLORES FONZI: La problemática de la crisis ambiental ya se ve en todos lados. Cada vez hay más personas expresándose, por ejemplo, en contra de la mega minería o por la ley de humedales. Nos involucra. Tenemos que decidir qué planeta queremos dejar. “Distancia de rescate” te hace pensar que nos estamos envenenando poco a poco. Y esa es una conciencia necesaria.

– ¿CÓMO SE RECONOCE ESO SIN CAER EN EL MIEDO QUE BLOQUEA?

DOLORES FONZI: El temor está, porque no sabemos cuánto tiempo le queda a la Tierra. Y puede paralizar, porque es grave e inabarcable. Si pronostican la escasez del agua potable en pocas décadas, sentimos que nada alcanzará. Pero hay que aceptar esa realidad y seguir. En lo personal, busco ser consciente y cuidar lo que como, lo que me pongo en la piel o en el pelo. Trato de elegir, ordenar y organizar mejor lo que consumimos en casa. Antes no le daba ni bola. Ahora pienso en los riñones de mis hijos. Cada vez son más accesibles los productos cruelty free, por ejemplo. La pandemia provocó el surgimiento de muchos emprendimientos relacionados. A veces hasta es más barato; lo pedís online y ahorrás también tiempo. Pero primero hay que entender el impacto y la necesidad del cambio.

– ¿QUÉ ENCONTRÁS EN COMÚN ENTRE LA CAUSA DE LAS MUJERES Y LA AMBIENTAL?

DOLORES FONZI: Es la misma lucha. Lo entendí hace poco. La crisis ambiental perjudica más a quienes menos tienen, a las comunidades poco visibilizadas. En esos sectores, las más afectadas son las mujeres. El feminismo y el ambientalismo combaten, de algún modo, consecuencias del capitalismo. Somos parte de un todo y necesitamos tirar para el mismo lado.-