Escondida en un bosque, sobre la playa Ferrando, una casa familiar con el sello Benedit se distingue de todo.
Cuenta la historia que estas tierras, cantera de piedra y playa incluida, pertenecieron a la familia Ferrando y que la casa principal era prefabricada, traída desarmada de Estados Unidos allá por el 1913.
Muchos años después, el artista Luis Benedit y su mujer se enamoraron de Colonia en una de las tantas veces en que la vecina ciudad se puso de moda entre los argentinos. Esa casa era entonces de unos amigos a los que se la alquilaron durante un tiempo hasta que la terminaron comprando. Le hicieron muy pocas refacciones. El artista la pintó por fuera de amarillo y la transformó en casi un ícono de Colonia, cosa que aún hoy conserva junto a esa austeridad tan especial de una vida simple con ritmo charrúa.
Hace unos pocos años, la hija de Benedit, Rosa -una de las que más disfruta de la casa-, se hizo cargo de hacer unos arreglos estructurales, de redecorarla y pintarla. Ella es diseñadora y si bien está dedicada al desarrollo textil de su propia marca también es asesora en temas del manejo del color. Decidió empezar por hacer un plan integral probando tonos, pensando en que eso era lo que le daría una nueva vida. “La casa está casi siempre en sombras, entonces imaginé colores brillantes sin que fueran invasivos, que funcionaran tanto con la sombra interior como con el exterior luminoso”, cuenta. El amarillo mediano de Alba afuera es siempre el mismo junto al rojizo lacre de las aberturas, pero el gran cambio fue adentro. Los dormitorios y baños hoy son un mundo pintoresco y original.
Derecha: A la casa original se le agregó este comedor exterior para disfrutar la vida cerca del río. Rosa Benedit en la galería, envuelta en un kimono de diseño propio. Izquierda: Uno de los rincones exteriores agregados al proyecto original. Lajas, glicinas y arena rodean el treillage de color.
Derecha: El dormitorio amarillo con acolchados hechos con textiles africanos que Rosa fue combinando con los diseñados por ella. Sobre la cama, un kimono de la última colección. Izquierda: El dormitorio acqua con acolchados diseñados especialmente. La mesita de luz también fue repintada. Pocos adornos para una vida de playa fácil y práctica.
Derecha: La cocina con muebles a mdedida, muy funcional. Colores claros, madera y el amarillo mediano de Alba siempre presente. Izquierda: En el comedor, mesa con tapa de laja y sillas plegables. Todos los ambientes dan al exterior.
Derecha: Pañuelo con imagen de un cuadro de Picasso enmarcado sobre el trío de color en las paredes. Textiles y almohadones diseñados por Rosa. Izquierda: El living con una mezcla de estilos y colores. Algunos muebles comprados en remates y pufs de mimbre de plástico. El cuadro es de la arista Donovan.