Por qué amamos a Emily Blunt, la nueva Mary Poppins

Por qué amamos a Emily Blunt, la nueva Mary Poppins

Es de las que no fallan. Actriz, donde aparece su nombre hay sello de calidad, buen gusto, empatía y emoción. Todo con tanta elegancia como simpleza y naturalidad. Vuelve con un personaje eterno que la corona para siempre. ¿Por qué la amamos?

22/01/2019 20:09

Porque es como una vieja amiga

Supimos su nombre antes de conocer que era el mismo que figuraba en sus documentos. Emily Blunt (35) es “Emily” desde su adorable personaje en El diablo viste a la moda. ¡Pasaron 13 años! En el medio, 25 películas y dos embarazos. La mirada y el carisma, intactos. La habilidad, potenciada. Su CV es tan camaleónico como intachable: fue reina, guerrera, esposa estéril, agente del FBI. También alcohólica en la versión del best seller La chica del tren. Experta en cuentos y fantasías (como en Blancanieves y The Muppets), esa veta ahora la coloca como la sucesora de Julie Andrews en El regreso de Mary Poppins.

Porque nos regaló un mantra

Gracias a ella podemos gritar “I love my job” y sobrevivir a un pico de estrés en la oficina. Su personaje hizo famosa esa ironía ante el asedio de Miranda Priestly. Pero la Emily real sí ama su trabajo. ¿Cómo no? Si empezó a actuar siendo una nena, como terapia para la tartamudez que sufría. Padre abogado y madre maestra, es la segunda de cuatro hermanos crecidos en el suroeste de Londres. Y antes de meterse en el teatro “no podía ni pedir permiso para ir al baño en la escuela”. El escenario la curó. Aunque fue la experiencia de trabajar con Judi Dench, en Royal Family, la que le marcó la decisión de ser actriz para siempre. Tenía apenas 18. “Una vez me invitó a una reunión en su camarín. Había champagne. Yo me reía para que pareciera que sabía de qué hablaban. En este negocio al principio sentís que estás flotando sobre un arco iris –recordó–. Luego aprendés que es mejor moverse con casco.”

Porque se deja sorprender

Tiene la sencillez para admirar y dejarse llevar. Como demostró en el show de Ellen Degeneres. Ahí, después de confesar que aún le da vergüenza cantar en público, se emocionó con frescura ante la aparición repentina de los Backstreet Boys. ¡Cantaron juntos! Sí, la envidiamos un poco. También cuando recordamos que Michael Bublé le dedicó la letra de You’re my everything. Pero, ante todo, Emily contagia alegría. Michelle Obama y Benicio del Toro coinciden: ella tiene la mejor de las risas.

Porque también es una mamá que usa jean y remera

Fue embajadora de Yves Saint Laurent pero se define “hogareña”. Le gusta cocinar (“me sale súper bien la lasagna”). Hace yoga, ¡juega al golf!, le fastidia el gimnasio. Para Jungle Cruise (que estrena en 2020) hizo un pacto de entrenamiento tan funcional como divertido con el actor Dwayne Johnson. Y los videos fueron virales. Con John Krasinsky, su marido hace 8 años, se asumen privilegiados en la vida. Sería raro no aceptarlo para un matrimonio que se concretó en la casa italiana de Clooney en el lago Como. Por las calles, él es más popular que ella por su papel en The Office. Ambos prefieren negarse a las fotos con los fans; en su lugar ofrecen un abrazo. Se mudaron de L.A. a Brooklyn para poder enseñarles a sus hijas (Hazel, 5, y Violet, 2) a andar en bici en el parque. ¿Se habrá inspirado Emily en los juegos con ellas? “Busqué hacer algo orgánico sobre los textos originales –comentó–. Porque nadie puede ser Julie Andrews.” Y nadie más podrá ser Emily Blunt.

D.R.D.R.

Detrás de la magia. ¿Sabías que…?

Cada moño que lleva Blunt sobre su blusa en El regreso del Mary Poppins es un homenaje al diseño de vestuario de la primera película sobre esta heroína. Es más, la cola del barrillete con el que llega volando es, en realidad, la banda de sufragista que la Sra. Banks llevaba en la versión de la década del ’60. Para Emily, “la película es una carta de amor a Londres”.