Complejos masculinos: un silencio que dice mucho

Complejos masculinos: un silencio que dice mucho

Estrías, celulitis, peso, nariz… Son muchas las imposiciones sociales sobre los cuerpos cuando nos vemos en el espejo. A pesar de que los discursos no sean tan hegemónicos como antes, el problema aún existe. Y para todos, también para los hombres.

10/09/2020 14:22

“Es cierto que el sexo masculino, en cuanto a complejos, es un poco silencioso. Si le preguntás, probablemente responderán que no tienen ninguno”, dice Mauricio de 25 años. Los estándares de belleza repercuten y pesan en el inconsciente. Las mujeres alzaron su voz hace un tiempo para derribar al 90-60-90. Pero, en el caso de los hombres, el recorrido va muchos pasos atrás. Ellos tienen que verse fuertes, viril y sin muchas emociones. De lo contrario, pueden ser sometidos a burlas o miradas raras por ser diferentes.

Pero, ¿qué es un complejo?

Es un conjunto de representaciones vinculadas en torno a un tema específico, según el psicoanalista Stéphanie Torre. “La mayoría de las veces se forma en torno a una palabra o una historia familiar, en los recuerdos de la infancia o en la adolescencia. Suele venir de una mirada que otra persona depositó sobre nuestro cuerpo,  apariencia o forma de ser y que, como consecuencia, deja marcas difíciles de borrar”, explica.

Hay diferentes tipos. Pueden ser físicos, intelectuales, inferiores o incluso sociales. Un individuo con padres de clase trabajadora que acceda a un puesto universitario será más propenso a sufrir este tipo de problema tras el ascenso social. A veces, el complejo te permite ubicar toda tu ansiedad en un punto específico para esconder un problema más profundo. “Mientras me concentro en mis senos, no me pregunto sobre mi vida amorosa o mi futuro profesional. La timidez puede desvanecerse con el tiempo, pero la realidad es que también sucede al hablar de ello”, ejemplifica Stéphanie Torre.

No puedo satisfacer a otros

Según el psicoanalista, las mujeres y los hombres son iguales en esta situación, simplemente no son simétricos. Ellas están más centradas en su representación y su imagen. Ellos, por otro lado, están más preocupados en cuestiones de poder y se verán desafiados ante alguien con más éxito.

Pero, hoy en día, esta frontera tiende a difuminarse cada vez más, ya que lo mismo sucede con los géneros. Según un estudio reciente realizado por YouGov, el 67% de las mujeres dice tener complejos en su cuerpo, especialmente las de 35 a 44 años (82%). Los hombres no se quedan fuera, ya que según una encuesta realizada en 2016 por YouGov para el sitio de citas Meetic, el 29% no se sienten conformes con su abdomen y al 25% no le gustan sus partes íntimas.

Callar ya no es respuesta

Las dificultades para hablar sobre el tema pesan en la balanza. El silencio frente a sus complejos se debe a menudo a una educación de género, que permite al sexo femenino exteriorizar su sufrimiento pero les enseña a los hombres a ser fuertes e invencibles. Para el psicoanalista, este fenómeno es “bastante cultural”. Subestimar los estereotipos sociales es negarse a una realidad existente.

Entonces… ¿por qué para algunas personas es más complicado que para otras? La principal razón es porque se encasillan como “defectos”, y de lo que incomoda poco solemos decir. Esta rareza y renuencia a hablar sobre sus complejos hizo que la recopilación de testimonios fuera algo complicada. Nicolás, de 24 años, quien hablaba sobre sus complejos por primera vez, advirtió que no estaba seguro de que sus amigos también estuvieran de acuerdo en “confesar” los suyos. El enemigo patriarcal impuso estándares difíciles de seguir y que nunca podrán llevarse a cabo porque cada persona es un mundo.