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Se trata de un entrenamiento que viene pisando fuerte y que tiene varios beneficios: permite desarrollar la agilidad, la fuerza y la flexibilidad. ¿Lo mejor? Es apta para todas las edades.
Es intensa y flexible a la vez. Está de moda pero es tan antigua como el comienzo de la civilización. Los guerreros y los atletas de las sociedades griega y romana se preparaban a través de la calistenia. De hecho, el término proviene de las palabras griegas “kallos” (belleza) y “sthenos” (fuerza). La belleza puesta en la fortaleza, en el poder de hacer con el propio peso todo tipo de ejercicios. En definitiva, es una actividad que logra exponer la capacidad del cuerpo en su magnificencia. ¿Algún ejemplo? Quedarse en una misma posición por un tiempo determinado (uno de sus clásicos es la plancha abdominal) y, a su vez, hacer distintos tipos de ejercicios (con sus diferentes grados de dificultad) desde esa misma pose. En un principio, algunas posturas pueden parecer sencillas, pero no lo son, sino que requieren de fuerza y concentración, así como de flexibilidad y agilidad. Estas son algunas de las bondades que se trabajan con este deporte y que, de a poco, se van incorporando como una capacidad. De todos modos, todo se inicia desde el control mental, ya que los movimientos trabajan mayormente el sistema nervioso. Para poder adoptar la posición correcta, la concentración es la clave.
Lo cierto es que muchas personas alguna vez han hecho calistenia sin siquiera saberlo. “Cuando los niños y las niñas juegan en las plazas colgándose en las barras, están practicando esta disciplina”, comenta Pablo Urruty, presidente de la Federación Internacional de Calistenia y Street Workout (ICSWF por sus siglas en inglés), ex presidente de la Fundación Calistenia Argentina. Asegura que se trata de un sistema de entrenamiento que “replica esos movimientos que hacíamos de chicos. Es jugar con tu propio cuerpo, como si tuvieras 6 años otra vez”. ¿Algo mejor que entrenar divirtiéndose y haciendo un revival de la infancia?
En los últimos años, esta técnica que hoy revoluciona los gimnasios tuvo un interesante auge. La pandemia, con sus restricciones, fue una de las principales causas por las que mucha gente empezó a entrenar en su casa con lo que tenía a mano, y esta disciplina tiene como particularidad que no precisa de cargas adicionales, el propio cuerpo es el principal material de trabajo. Pasaron las restricciones por el Covid-19 y siguió creciendo, sobre todo en las personas más jóvenes, ya que tiene de especial y se distingue de otra actividad física en que “te da un control de tu cuerpo que te hace hacer cosas increíbles, las cuales no sabías que podías lograr”, señala Urruty. En sintonía, lo confirma Yesica Humeres (37), que entrena desde 2019: “Lo que más me gustó de este deporte es la felicidad que se obtiene cuando superás tus miedos, tus límites, cuando alcanzás eso que veías hacer y que pensabas que nunca ibas a llegar. Tardé seis meses en mi primera dominada y desde ahí no paré”.
A pesar de que era algo muy desconocido en el país -comenta Lucas Griffo, coach de calistenia, preparador físico y especializado en fisiculturismo y fitness, profesor en SportClub-, “se acercaban, por lo general, los chicos que estaban a full con internet y querían aprender a hacer trucos de fuerza, después se empezó a animar el público femenino”. Por ejemplo -cuenta Griffo-, chicas que hacían pole dance y usaban la calistenia como preparación física para poder competir, mejorar su línea, su postura, o practicantes de circo que querían mejorar su flexibilidad. En la actualidad, “empezó un público más variado, desde chicos de 11, 15 años a personas de más de 50 que quieren entrenar y les aburre el gimnasio; además, les gusta el hecho de que es al aire libre y, sobre todo, porque con esta preparación física mejoran su postura y la parte cardiovascular”, puntualiza el especialista en fitness.
EN CUALQUIER LUGAR Y MOMENTO
Se trata de un deporte que se puede hacer tanto en la propia casa -no precisa de ningún tipo de equipo en especial-, en un gimnasio como en las plazas. Aunque para empezar -señala Pablo Urruty-, se recomienda hacerlo acompañada de un profesional de la calistenia y aconseja “tener cuidado con los autodidactas de YouTube, porque no tienen formación en educación física”. Ahora, con conocimientos básicos se puede hacer el entrenamiento en casa, además de las barras que, aunque no son imprevisibles, resultan muy útiles. Y para los más experimentados, cualquier viga sirve para colgarse y hacer los ejercicios más complicados.
Pero si hay un sitio donde la calistenia explotó, es en las plazas, ya que este entrenamiento, como bien dice su lema, hace del mundo un gimnasio. En estos espacios verdes se volvió furor el street workout, el cual llama la atención de los más jóvenes porque pueden hacer piruetas y, entre otras destrezas, giros, y porque -como explica Urruty- los hace volver a ser niños otra vez. Sin embargo, “no son lo mismo la calistenia y el street workout; la primera es un sistema de entrenamiento en el que se usa el propio peso corporal para entrenar el cuerpo, el otro es un movimiento social en el que se utilizan los elementos que hay en la vía pública para hacer ejercicios acrobáticos (tiene cinco modalidades: freetstyle, powerfreestyle, streetlifting, durance, workstyle; cada forma de practicarlo tiene sus características especiales). En definitiva, la calistenia es la base para hacer street workout”.
En la ciudad de Buenos Aires hay 291 postas aeróbicas en sus espacios verdes, los cuales poseen circuitos de calistenia y aparatos para hacer gimnasia. Algunos de estos están en Recoleta, en el Parque República Oriental del Uruguay; en Belgrano, en la Plazoleta Nodo Libertador; en Palermo, en el Parque Gral. Las Heras, en el Patio Jacarandá, en la Plaza República de Haití -se trata del circuito más grande de la ciudad dedicado a la práctica de esta disciplina- y en la Plaza Enrique Francini. También hay espacios para hacer este entrenamiento en partidos de la provincia de Buenos Aires, como Vicente López, Tres de Febrero, La Matanza, Avellaneda.
EL MUNDO ES TU GIMNASIO
Pero, ¿de qué se trata específicamente este deporte? Es una actividad física -nació con el inicio de la civilización, con los romanos- basada en ejercicios con el propio peso corporal. Lucas Griffo cuenta cuáles son los pasos básicos para empezar a entrenar: pull ups (o dominadas), flexiones de brazos, sentadillas, trabajos estáticos -como por ejemplo, una plancha (trabajo de cor)-; después, se agrega intensidad, ya que hay distintos niveles.
“Para alguien que no tiene mucha fuerza se hacen ejercicios asistidos con bandas elásticas o con los pies apoyados en el suelo para quitar carga y ganar fuerza de forma más progresiva. De esa manera, se logra el estado físico, el acondicionamiento para que de forma gradual se empiece a trabajar, a educar el cuerpo para ciertos movimientos”, detalla Griffo. Y agrega: “Necesito distintos tipos de fuerza, resistencia, que el cuerpo esté preparado y entendido para poder llevar a cabo una posición más difícil. Todo es de a poco y depende de cada persona”.
A los 19 años, Florencia Cabrera (26) comenzó a practicar calistenia “porque se asimila mucho a la gimnasia deportiva y desde pequeña soñaba con este deporte, pero no podía asistir a las clases por un tema económico familiar. Años después, me encontré con esta disciplina, dispuesta a conseguir cada cosa que me propuse; me encanta la fuerza y descubrir hasta dónde puede llegar mi cuerpo”.
Lo mejor que tiene este entrenamiento de resistencia es que se trata de una actividad física que la puede realizar cualquier persona, a cualquier edad, ya que -como asegura Pablo Urruty- se adapta a cualquier condición física; por lo que, no hay edad para terminar de practicarla. De hecho, recomienda empezar en cualquier momento, “a más temprana edad más fácil y mejor lo hará de grande, esto es transversal a todas las disciplinas. Se aconseja a partir de los 4 años en adelante”. Además, algo que sugiere a quienes tienen hijos pequeños, “como padres es un eje, una excusa para compartir con ellos”.
¡CONTROLÁ TU CUERPO!
Al trabajar la técnica, la relajación y la postura, tiene una mezcla de conceptos de las artes marciales, el yoga y el streching. “Aparte, se trata de un entrenamiento que funciona como base de muchísimas disciplinas, como funcional, gimnasia deportiva, artística, break dance e, incluso, parkour. De hecho, se utiliza como complemento específico de deportes olímpicos, con el propio peso corporal que es la base de otras preparaciones. Y a su vez, del movimiento humano, básicamente”, enfatiza Urruty.
Como cuenta Yesica Humeres, ella practicaba otros deportes de chica como taekwondo, “pero nunca me había apasionado tanto como con calistenia. La disciplina que fui adquiriendo junto con la pasión, la frustración, pero también esa felicidad cuando lo lográs, nunca lo había experimentado. Los cambios en mi cuerpo, el control sobre el mismo y ser más fuerte que otros chicos, todo me motivó a apasionarme cada vez más”.
Tal es así que se animó a ir por más: “En 2021 me llegó una invitación para participar de una competencia de streetlifting (una rama de la calistenia) en la modalidad de resistencia lastrada. Quedé en segundo lugar en mi primera participación y desde allí seguí sumándome. Al ser un deporte que está en sus inicios, aún somos pocas mujeres, aunque hay muchas más entrenando y compitiendo tanto en streetlifting como en otras ramas del deporte”.
Florencia Cabrera también comenzó a competir: “Participo en varias nacionales desde hace cinco años. Y en 2021 decidí prepararme durante todo ese año para estar en España en 2022 y ser la primera mujer campeona mundial de calistenia streetlifting en representar a la Argentina en el Arnold Classic Europe”.
Por su parte, el profesor Lucas Griffo, antes de dar clases de calistenia, cuenta que hizo artes marciales desde los 5 años, después -a los 14- comenzó a hacer gimnasio, pasó por crossfit y por las acrobacias: “Eso me permitió tener la línea y la conciencia para luego en base a diferentes estímulos incursionar en la calistenia a los 30 años”.
Querer es poder, dicen. La calistenia brinda las herramientas necesarias, desde lo físico y lo mental, para superar los límites que cada persona necesita. Nada más poderoso que dominar el propio cuerpo. Además, resulta tentador suspenderse en el aire, sin esfuerzo, como levitando; es una invitación a adentrarse en este mundo que hace de la fuerza, la agilidad y flexibilidad una combinación perfecta para estar en eje.